De la mano de Luka Modric, Croacia se impuso por 2-0 ante Nigeria, en el estreno de ambas selecciones en el Mundial de Rusia 2018. El equipo europeo sacó provecho del desorden del combinado africado y se impuso gracias a un autogol de Etebo y a un penalti que transformó en gol el volante del Real Madrid. Con ese resultado en la Arena Baltika de Kaliningrado y el empate 1-1 entre Argentina y Nigeria, los balcánicos asumieron el liderato del Grupo D.
Se esperaba que con Modric e Ivan Rakitic, los croatas impusieran su juego y manejaran el partido, pero en realidad el balón no tuvo dueño y ambos equipos se vieron confusos y sin ideas. De hecho ninguno se vio superior.
Sin embargo, la segunda generación dorada de Croacia, que busca quizá su última oportunidad de obtener un resultado emblemático, impuso su poderío en el juego aéreo, no pasó sustos en defensa y gracias a su efectividad dio un paso de gigante para alcanzar los octavos de final por segunda vez en su historia.
A la media hora de juego se abrió el marcador, tras un tiro de esquina desde la derecha que peinaron Mandzukic y Rebic, antes de que Etobo lo desviara a su propio arco.
El partido cambió de tono en la segunda mitad, con las «superáguilas» más lanzados en busca del empate, pero sin orden y claridad.
Croacia siguió usando su arma más peligrosa, el juego de cabeza, con Mandzukic como principal ariete, mientras Modric y Rakitic lograron imponer algo de autoridad en el centro del campo, donde Leicester Ndidi estuvo desdibujado.
Por arriba se fraguó también el segundo tanto, cuando Troost-Ekong, impotente para parar a Mandzukic, lo agarró en el área y árbitro sancionó la falta. Modric se encargó de transformarlo en gol para dejar sentenciado el partido que los nigerianos no supieron revitalizar.
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En la próxima fecha del grupo Croacia se las verá con Argentina y Nigeria con la sorprendente Islandia.
Perú regresó a un Mundial de fútbol después de 36 años de ausencia y lo que comenzó como una fiesta en las tribunas del estadio de Saranks, terminó con tristeza, pues el seleccionado inca cayó 1-0 ante Dinamarca en su estreno en Rusia 2018.
Apoyados por cerca de 30 hinchas vestidos de rojo y blanco, los peruanos salieron imponiendo condiciones ante sus rivales. En la primera parte lo dominaron e incluso pudieron irse en ventaja con un penalti que desperdició Christian Cueva, a los 45 minutos.
Esa falta de contundencia se incrementó en la etapa complementaria, en la que André Carrillo, Édison Flórez, Jéfferson Farfán, el propio Cueva y hasta Paolo Guerrero, quien ingresó al final, no estuvieron finos a la hora de definir. Dinamarca, en cambio, aprovechó una de las tres oportunidades que tuvo y con anotación de Yussuf Poulsen ante un gran pase de Christian Eriksen, sumó sus primeros tres puntos del grupo C, que completan Francia y Australia.
Lionel Messi reclamándole a sus compañeros, levantando las manos, mirando a un Jorge Sampaoli más desesperado que él. Messi y sus gestos de que no hay espacios para jugar, de que nadie se le mueve para darle una opción de pase. Lo que olvidó el astro argentino es que antes de exigirle a los demás que le ayudaran en su trabajo, el de todos, debió ayudarse a sí mismo con una mejor actitud, pidiendo más la pelota, soltándola de manera letal, eficaz, hiriente para el rival. Este sábado, en el empate a un gol con Islandia, quedó comprobado, como a lo largo de la eliminatoria, que si Messi no anda Argentina tampoco. Y que si el jugador del Barcelona no tiene un buen día eso se refleja en los otros 10 que no saben qué hacer con el balón.
A la ausencia de la genialidad también se le igualó la falta de entusiasmo, de liderar en la cancha, de buscar asociarse con otro perdido, Ángel Di María y con uno que siempre lucha en solitario, Sergio Agüero. Lionel tuvo siete remates a puerta y de esos solo dos estuvieron cerca del arco defendido por el islandés Hannes Thor Halldorsson. El 10 de Argentina tocó la pelota en 115 ocasiones, ninguna de peligro, y la perdió en cinco (tres en el primer tiempo y dos en el segundo). Además, realizó 71 pases con una efectividad del 84.5%. Números que no reflejan lo que fue Lionel en la cancha, lo lejano que estuvo del juego, de su juego.
Y ahora viene lo más duro: cuando tuvo la oportunidad de darle la victoria al equipo de Jorge Sampaoli, cuando tomó la pelota luego de la falta sobre Maximiliano Meza en el área, pateó de una forma tan displicente, con una inseguridad tan grande que antes de impactar la pelota el portero rival ya sabía a dónde lanzarse. Y así los argentinos en las tribunas quedaron en silencio, mientras del otro lado, los islandeses, celebraron.
Después vendría el afán de quien no hace la tarea a tiempo y quiere que todo le salga en segundos, las malas entregas, los pases irrelevantes y los constantes choques con los centrales europeos, que lo doblaron cada vez que tomó el balón en el último cuarto de la cancha. Fue como ver una débil ola estrellarse contra un enorme jarillón. Lionel Messi no pudo brillar en el debut de su selección en el Mundial de Rusia y, por el contrario, dejó una imagen opaca, poco luchadora, como si fuera uno más.
Ahora vendrá Croacia y después Nigeria. Islandia, el que para todos era el débil del grupo, logró un valiente empate. Replantear, pensar y volver a organizar, la misión que tendrá Sampaoli para no dejar que su hombre más importante se desmoralice, porque quedó confirmado que sin Messi Argentina es un equipo como cualquier otro.
Griezmann abrió el marcador del partido entre Francia y Australia tras un penalti cobrado luego de la revisión del videoarbitraje (VAR). Es la primera vez que el VAR resuelve una jugada importante en el Mundial. El seleccionado francés le ganó este sábado 2-1 a Australia un gol del delantero del Atlético y otro de Paul Pogba, mientras que Jedinak había empatado también de penalti.
El equipo francés arrancó su camino en el Mundial de Rusia 2018 con una ajustada victoria sobre Australia por 2-1. La tecnología y la fortuna se aliaron en Kazán con ‘Les Bleus’, que se llevaron sus primeros tres puntos en la cita mundialista gracias a un gol de Paul Pogba a diez minutos del final.
Sin brillo pero eficaz, la selección de Francia arrancó este sábado la Copa del Mundo de Rusia 2018 con una ajustada victoria sobre Australia (2-1), ayudada por la tecnología -se pitó el primer penalti con VAR en un Mundial- y la fortuna. Se cumplieron los pronósticos en Kazán y Didier Deschamps, pese a ser poco amigo de las revoluciones, movió de arriba a abajo el once de su equipo, apostando por la juventud y por el tridente arriba formado por Griezmann, Mbappé y Dembélé.
Tolisso le ganó finalmente la partida a Matuidi para intentar aportar una dosis de creatividad en un centro del campo con mucho músculo, con Pogba y el infatigable Kanté como pareja en la línea de volantes. El bisoño equipo galo salió de inicio con una media de edad de 24,5 años -sólo tres de los 11 futbolistas superaban los 25 años, Griezmann, Lloris y Kanté-, el combinado más joven alineado nunca por un seleccionador francés en un Mundial desde su inicio en 1930.
Tampoco hubo sorpresas en la Australia de Bert van Marwijk, que dejó de lado la defensa de tres de su predecesor en el cargo, Ange Postecoglou, e intentó hacerle partido a Francia con un clásico 4-4-2, sólido en la retaguardia, aguantando atrás y esperando algún milagro de Nabbout, muy solo arriba.
Arrancó en tromba Francia, y al primer minuto Mbappé ya había probado a Ryan con un disparo a bocajarro desde dentro del área. La tempranera ocasión no fue un presagio de lo que se venía, ya que los hombres de Deschams se diluyeron en la maraña defensiva formada por Van Marwijk.
Con Griezmann apagado y Dembélé en otro de sus días malos, sólo Mbappé intentaba cazar algún balón a la espalda de los centrales, Milligan y Sainsbury. Las ausencias de Sidibé y Mendy en los laterales -fueron titulares los reconvertidos Pavard y Hernandez- hizo que el juego ‘Bleu’ se concentrara, sin éxito, por el centro.
Si Francia fue de más a menos, Australia fue de menos a más. Fueron los ‘Socceroos’, liderados por un gran Mooy, lo que gozaron de la mejor ocasión de los primeros 45 minutos, cuando un centro del ’10’ lo tocó Tolisso y a punto estuvo de introducirlo en su propia portería. Entre los jocosos ‘Olés’ de los aficionados ‘aussies’, los de Van Marwijk consiguieron el primero de sus objetivos: anular a Francia y llegar con vida al descanso (0-0).
La segunda mitad fue otra historia, con más ritmo de ambos conjuntos y participación destacada de la tecnología, que se alió con galos y castigó a una Australia valiente. El VAR, el árbitro asistente de vídeo, entró por la puerta grande en Rusia y, en el minuto 58 ayudó a pitar un penalti por falta de Risdon sobre Griezmann que el colegiado había pasado por alto poco antes. No falló el ‘Principito’, que engañó a un Ryan que hizo la estatua.
La alegría en el campamento francés duró poco. Tres minutos exactamente, el tiempo que tardó el árbitro en pitar otro penalti. Esta vez sin ayuda del VAR, ya que la acción de Umtiti fue más que clara. El defensa del Barcelona, en otra de sus desconexiones, levantó inexplicablemente la mano en un centro de Mooy y desvió su trayectoria. Penalti que no falló Mooy para desatar la locura entre los australianos.
Movió entonces el banquillo Deschamps y desarmó su tridente ofensivo para dar entrada a Giroud y a Fekir por Griezmann y Dembele, respectivamente. Tampoco mejoró Francia, pero la fortuna se alió con ellos y de la nada sacó oro. En el minuto 80, cuando el partido parecía encaminado al empate, una triangulación en el balcón del área acabó con un semi-remate de Pogba que tocó en Behich y cruzó la cal -el tanto lo dio la tecnología de línea de gol- para darle a Francia sus primeros tres puntos en Rusia.
Tremendo partido nos regalaron Portugal y España, un enfrentamiento sorteado para fase de grupos que perfectamente puede ser digno de una semifinal del certamen mundial.
Con una espectacular combinación de futbol, táctica, golazos y amor por la bandera los 22 jugadores nos deleitaron con noventa minutos de magia pura.
La batalla ibérica cumplió con creces las expectativas generadas, desde el novelón que envolvía todo el camerino español, hasta las polémicas declaraciones de Ronaldo y un anhelado triunfo sobre su rival.
Entrando en materia, el partido no tuvo un claro dominador. Al inicio del mismo, era Portugal quien lideraba y muy temprano (minuto 4) se iría adelante en el marcador tras un gol anotado por Cristiano desde el punto penal después de recibir una clara falta de Nacho.
Cuando se pensaba que España estaba sumergiéndose ante su rival, aparecería el otro referente: Diego Costa en una acción de malicia y rebusque, solo contra el mundo, logra empatar el encuentro a los 24 minutos del primer tiempo. Cabe aclarar que en la misma jugada del gol, los portugueses pedían falta de Costa sobre Pepe, pero tanto el árbitro como los encargados del Var consideraron que no había infracción.
El gol le dio aire y vida a la selección española, que intentó desde entonces ejercer el fútbol de tenencia y dominio del balón.
Sin embargo, nuevamente aparecería la figura de la tarde para anotar el segundo en su cuenta personal, esta vez con complicidad enorme de De Gea que realiza un blopper infantil ante un remate directo de Ronaldo desde fuera del área. Error y gol de Portugal sobre el final de la primera parte.
Para la segunda mitad, los equipos no bajaron el nivel de juego, por el contrario siguió subiendo la exigencia y seria nuevamente Diego Costa el encargado de empatar el juego a los 55 minutos. Extrañamente los goles de España no obedecían a su usual juego colectivo de toque y toque, por el contrario se iba a derivar de una pelota quieta y una habilitación de cabeza de Busquets para “el lagarto” que no perdonó anotando hasta ese momento la paridad a dos goles.
Portugal no se terminó de despertar de la igualdad cuando un balón mal rechazado le queda en el aire a Nacho que empalma un remate soberbio para fusilar a Rui Patricio. Golazo de España, en tan solo tres minutos, remontaba por segunda vez el marcador para irse arriba 2-3.
Tiro libre cobrado por Cristiano Ronaldo que se convirtió en el tercer gol de Portugal para empatar el partido a España en los minutos finales del partido
Pero la tarde de CR7 no había terminado, como tampoco sus goles a pesar de que su equipo se veía relegado en la cancha y por varios minutos sintió la superioridad española, que ya con el marcador a su favor logró reencontrarse con su juego de tenencia y adormecía el partido con tocatas largas escondiéndole el esférico a Portugal.
Cerca del final, gracias a que Portugal liderado por su capitán, no bajó los brazos, en uno de los últimos ataques del partido Piqué comete una falta al borde del área diseñada para la ejecución de CR7. Tomando aire y distancia, el crack no decepcionó y por el contrario sorprendió a todos con un exquisito tiro libre inatajable para sentenciar el empate a tres goles entre estas dos potencias mundiales.
Con eso se cerraría el que hasta ahora ha sido el mejor partido de la copa del mundo, donde empataron los equipos, pero ganamos nosotros. Glorioso espectáculo nos regalaron, festival de golazos y mas allá del marcador, queda la actitud envidiable de un líder en cancha como lo fue Cristiano Ronaldo. Justamente él al finalizar el juego le dijo a todos y cada uno de sus compañeros: “Hasta el final.” Y así es el futbol, hasta el último pitazo, hasta el último suspiro. Así se juega un mundial, así se representa a un país.
Solo resta decir, gracias totales por el enorme partido que nos regalaron, juegos así hacen que esperar cuatro años valga la pena.
A pocas horas del reinicio de los diálogos entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición, se presentaron nuevos enfrentamientos que aumentaron la cifra de muertos a 162. El mandatario envió una delegación y no estuvo presente.
La cifra de muertos en las ciudades de Nicaragua aumenta cada día más.
El gobierno de Daniel Ortega y la oposición en Nicaragua regresan este viernes a la mesa de diálogo, luego de una jornada de paralización nacional y violentos enfrentamientos que elevaron a 162 el número de muertos en dos meses de protestas. Al menos cuatro personas murieron ayer en ataques armados que habrían liderado paramilitares y bandas progubernamentales contra las barricadas de manifestantes en León, Nagarote (noroeste), Managua, y Masatepe, indicó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Sorprendió ver que el mandatario no se presentó al encuentro.
Los obispos católicos, mediadores en el diálogo nacional, convocaron al gobierno y la alianza opositora a volver a la mesa de diálogo para dar a conocer su propuesta de democratización del país y la respuesta del presidente Ortega. Anoche, a pocas horas de iniciar lo esperados diálogos, la violencia continúo en las calles de las ciudades principales del país. «Es posible que la cifra de muertos aumente según avance la mañana y vayamos recibiendo más información. La jornada de paro nacional fue sangrienta», aseguró Álvaro Leiva, el secretario de la organización Asociación Nicaragüense Pro-Derechos Humanos, una de las organizaciones más importantes del país.
La Conferencia Episcopal aseguró: «En la reunión estaremos dando a conocer a la comunidad nacional e internacional, la propuesta que presentamos al Señor presidente y la carta que él nos ha enviado con su planteamiento», indicaron los obispos católicos en un comunicado el miércoles pasado.
Los jerarcas católicos habían suspendido el diálogo tras la brutal represión contra las manifestaciones por el día de la madre, el 30 de mayo pasado, que dejó 16 muertos en varias ciudades.
El paro del jueves fue casi general en Managua y en departamentos como Masaya, Granada (sur), Matagalpa, Estelí, Nueva Segovia (norte), León y Río San Juan (sudeste). En las calles hubo poco tráfico, los comercios y empresas privadas no trabajaron, mientras que las oficinas públicas cerraron temprano.
El paro de 24 horas fue convocado el martes por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil, como una forma de presionar al gobierno a detener los violentos ataques contra manifestantes y pobladores, a manos de fuerzas antichoques y «turbas» afines al gobierno.
El paro «es una forma de presionar a este gobierno que está haciendo atrocidades, queremos una Nicaragua libre», dijo una habitante de un barrio capitalino, donde la gente sonó las cacerolas en repudio al mandatario.
Nicaragua vive un clima permanente de protestas que tiene bloqueadas sus principales rutas con casi 900 «tranques» y barricadas en ciudades semiparalizadas desde que el 18 de abril estallaron las manifestaciones contra una fallida reforma a la seguridad social.
Represión
En medio del paro, grupos paramilitares habrían disparado contra manifestantes que resguardaban barricadas en las ciudades de Nagarote, Tipitapa, Masatepe y León, causando al menos cuatro muertos y varios heridos, confirmó a la AFP el Cenidh, que contabilizó hasta el jueves 162 muertos.
Ver más: Que Ortega renuncie es la única manera digna de salir de la crisis en Nicaragua, Gioconda Belli
Una de las víctimas fue un monaguillo de 15 años de la catedral de León, quien murió de un impacto de bala en el pecho en los enfrentamientos en la ciudad. También se produjeron choques en las ciudades de Jinotepe, Diriamba, Nindirí y tiroteos en la madrugada y hacia el anochecer en Managua.
El párroco de Nindirí (sur), Jesús Silva, denunció en un tuit que antimotines entraron a la ciudad «disparando indiscriminadamente» y que el pueblo se resguardó en sus casas.
Este antiguo bastión del oficialismo se encuentra sitiado con barricadas que son defendidas por jóvenes con piedras y morteros caseros. También sufrieron ataques algunos barrios y la Universidad Autónoma de Nicaragua, trinchera de estudiantes en protesta, en Managua en la madrugada, informó la oposición.
La Fiscalía lo acusó de obstrucción a la justicia por haber querido interferir con un testigo del escándalo conocido como la trama rusa. Mientras se lleva a cabo su juicio, Manafort tendrá que permanecer en prisión.
Un juez federal de Washington revocó el viernes la libertad condicional del exjefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, acusado de tentativa de soborno de testigo en la investigación rusa. La Fiscalía lo acusó de ser un peligro para la sociedad y de cometer un delito -obstrucción a la justicia- estando en libertad. Por este motivo tendrá que esperar a ser juzgado por dos casos relacionados con la investigación de la trama rusa.
Esta decisión representa una victoria para el fiscal especial Robert Mueller, que afirmó que el arresto de Manafort era necesario para que no influyera sobre los testigos en el juicio que se avecina. Manafort debe comparecer ante la justicia por blanqueo de fondos, fraude fiscal y bancario, así como por cabildeo ilegal. Todos los cargos los ha negado.
Durante la audiencia el exjefe de campaña del Trump se declaró inocente de los dos últimos cargos de los que ha sido acusado: conspiración de obstrucción a la Justicia y de entorpecerla. Se convertirá así en ser el segundo funcionario en ir a prisión por el escándalo de la trama rusa, pues el primero fue el abogado holandés Alex van der Zwaan, quien tuvo que cumplir un mes privado de su libertad y pagar una multa de $20.000 dólares por mentir al FBI.
Esta nueva acusación se produjo cuatro días después de que fiscales denunciaran que había intentado contactar a dos testigos, en su caso de lavado de dinero y fraude bancario, a través del ruso Konstantin Kilimnik para persuadirlos de que declararan a su favor.
Kilimnik, un exlingüista entrenado en el ejército con supuestos vínculos con la inteligencia rusa, fue incluido en la nueva imputación de Manafort que los acusa a ambos de manipular a los testigos.
De esta manera, el número de imputados en la investigación de Mueller se elevó a 20, además de tres compañías que también enfrentan cargos. Trump se refirió en su momento a esta investigación como una «caza de brujas» política y ha negado que haya habido una colusión con Rusia por parte de los miembros de su campaña electoral.
Poco por escribir un partido tan mezquino como lo fue Marruecos vs Irán. Si bien es cierto que no son selecciones de renombre o de grandes jugadores, se esperaba algo más por estar clasificadas a la copa del mundo. Lo anterior lleva a cuestionarse ¿cómo será el nivel futbolístico general del siguiente mundial con más equipos?
El partido fue parco y corto de ideas, pero alto en faltas y golpes, por momentos parecía un partido de fútbol americano por el elevado número de interrupciones a causa de las entradas fuertes, desmedidas y sin sentido de ambos equipos.
Solo tuvieron tres opciones “medio” claras de gol, dos para Marruecos y una para Irán, sin embargo, seria mediante un autogol marroquí al minuto 95 que se abriría el marcador para decretar la victoria asiática.
Irónicamente, el cuadro africano fue el que inició con mayor despliegue y con un poco más de intensión de ataque sobre el rival. Sin embargo, cuando el partido estaba en su ocaso, una falta innecesaria para frenar un lento contraataque iraní dio lugar a un cobro de costado. Tras su ejecución un terrible, pero tremendamente terrible rechazo de Bouhaddouz terminó por enviar el balón al fondo de la red. Gol y pitazo final para un partido que claramente estará en el ranking de los juegos más tibios y cortos de fútbol de este mundial.
Para los que ayer opinaban que el partido inaugural había sido tibio, hoy el mundial les regaló uno peor. Ayer por lo menos vimos un festival de goles y golazos; hoy tan solo a través de un autogol se logró el grito sagrado.
Sin ningún tipo de tapujos, se puede adelantar que de este grupo B los clasificados serán Portugal y España. Tras lo visto hoy entre Marruecos e Irán, queda prácticamente confirmado que la distancia en nivel futbolístico de los dos primeros con los segundos es abismal.
Un sufrido y agónico triunfo consiguió Uruguay al derrotar por la mínima diferencia a Egipto. Con una muestra clara de garra y amor propio los charrúas consiguieron el objetivo de los tres puntos a través del gol de cabeza de Giménez sobre el cierre del partido.
Queda en el tintero la sensación que Uruguay sufrió más de la cuenta, en el papel siempre fue favorito sobre los egipcios, mucho más después que se conociera la ausencia del principal referente rival Mohamed Salah. Sin embargo, desde el pitazo inicial los faraones se encargaron de cambiar la idea prediseñada que se tenía sobre ellos. Fue un equipo extremadamente organizado en su juego táctico defensivo, logrando lo que muchos equipos no han podido: neutralizar a la dupla Cavanni – Suárez.
La efectividad de la defensa egipcia fue tal, que en el primer tiempo los sudamericanos solo tuvieron dos disparos directos al arco, uno de Cavanni y una opción clarísima de gol de Suárez que se fue desviada por escasos milímetros.
Para la segunda mitad, los charrúas saltaron al terreno de juego adelantando sus líneas, fueron los que más dominaron el esférico y convirtieron en figura al arquero El Shenawy, quien atajó dos remates claros de Suárez y dos de Cavanni. Sin embargo, al adelantar sus líneas, regalaron muchos espacios en el fondo que no fueron bien aprovechados por africanos, es aquí cuando más se sintió la ausencia de Salah. Con él en cancha, tal vez la historia hubiera sido diferente.
Para el último trámite del partido, Egipto decidió replegar todo su equipo por detrás de la línea del medio campo. El profesor Tabarez modificó los jugadores de líneas laterales para darle una mayor profundidad al equipo. Pero no sería sino hasta el minuto 89 cuando en un tiro libre, posterior a una ingenua falta cerca del área, llegaría el agónico y esperado gol al mejor estilo uruguayo: centro de costado y se levanta José María Giménez para enviar el esférico al fondo de la red y celebrar a rabiar el gol de la victoria.
Victoria con la que los del sur del continente rompen el hechizo de debutar sin triunfo en un mundial, desde 1970 no alcanzaban un triunfo en su primer partido, en aquel entonces fue 2-0 sobre Israel.
Lo cierto es que Egipto sorprendió a muchos con su aplicación táctica y dejó ver a un Uruguay, permeable y muy dependiente de la efectividad de sus dos delanteros, quienes por cierto hoy, estuvieron ausentes en el partido.
Rusia, sin desplegar táctica o armonía en su juego, dominó el partido de principio a fin
Con pie derecho arrancaron los anfitriones tras lograr una histórica goleada en el estadio de Luzhniky cinco por cero en el partido inaugural de la copa del mundo. Guiados por Cheryshev, los rusos no desperdiciaron la oportunidad de aplastar a la modesta selección de Arabia Saudita y dar el primer golpe de gracia en la cita mundialista.
Sinceramente, nos brindaron más de lo que se esperaba. Dos equipos con jugadores poco conocidos a nivel internacional, tenían el peso de abrir el mayor evento futbolístico del mundo. Si bien es cierto que el nivel futbolístico no fue un estandarte, no podemos demeritar el festival de golazos que nos regalaron en los primeros noventa minutos del mundial. Los encargados de capitalizar las anotaciones fueron: Yuri Gazinski, Denis Cheryshev (en dos ocasiones), Artiom Dziuba y Aleksandr Golovin.
Rusia, sin desplegar táctica o armonía en su juego, dominó el partido de principio a fin. En escasas oportunidades los árabes sostuvieron el esférico, pero lo hicieron sin ningún tipo de profundidad y/o riesgo para el rival, hasta el punto que el arquero ruso no tuvo ni una sola aparición en el partido.
Se mostraron tan solo dos tarjetas amarillas en el encuentro y como dato importante, salió lesionado el delantero ruso Dzagóyev cuando tan solo transcurrían 24 minutos de la parte inicial, lo cual llevó a pensar lo peor para su equipo. Sin embargo, seria justamente Cheryshev el que ingresaría en su lugar y terminaría por convertirse en la figura del partido consiguiendo dos golazos para su selección.
A media máquina el anfitrión dio a respetar su casa y continuó con la senda de victorias históricas del local en el primer partido del mundial. Igualmente dejó muy mal parada a la selección árabe que tendrá mucho camino por recomponer con miras en su próximo rival.
Por fin llegó el día cero, nos deleitamos con una sobria y sencilla ceremonia de inauguración amenizada por Robbie Williams y Aida Garifullina que tuvo como postre cinco goles dejando una gran expectativa para el vibrante mes futbolero que inició hoy.