En una cumbre de la OTAN en 2018, Donald Trump amenazó con abandonar la alianza, generando preocupaciones sobre su posible reelección y un impacto en las relaciones internacionales.
En un reciente discurso, Trump sugirió permitir que Rusia actuara según su voluntad si los aliados no cumplían con los gastos militares. Diplomáticos y expertos anticipan posibles cambios en la OTAN en un segundo mandato de Trump, incluyendo revaluaciones fundamentales y reducciones de tropas estadounidenses en Europa. Aunque algunos ven sus declaraciones como tácticas de negociación, otros, como John Bolton, expresan preocupación genuina sobre una posible salida de la alianza.
El temor a una retirada estadounidense de la OTAN ha llevado a los diplomáticos europeos a buscar entender cómo Trump podría remodelar la alianza en caso de ser reelegido.
La campaña de Trump ha instado a «reevaluar fundamentalmente el propósito y la misión de la OTAN» en un segundo mandato, mientras que algunos ex asesores proponen castigar a los países incumplidos retirando garantías de seguridad o imponiendo aranceles comerciales. Ante la posibilidad de una reconfiguración de la OTAN, los aliados se preparan para identificar interlocutores clave en la administración de Trump, preocupados de que pueda designar a funcionarios más afines en lugar de aquellos que moderen sus decisiones.
En respuesta a las declaraciones de Trump, la mayoría de los asesores y ex funcionarios de su administración sostienen que sus amenazas son tácticas de negociación destinadas a presionar a los aliados para aumentar el gasto militar, y no indican una retirada inminente de la alianza.
Sin embargo, figuras prominentes como John Bolton expresan escepticismo sobre esta interpretación, sugiriendo que Trump podría estar más inclinado a abandonar la OTAN de lo que se reconoce públicamente. Esta incertidumbre ha generado tensiones tanto en la comunidad internacional como en el seno de la OTAN, donde la cohesión y la colaboración son fundamentales para enfrentar desafíos globales.
