El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su partido Nuevas Ideas lograron la supermayoría en el Congreso, otorgándole un control casi total sobre las tres ramas del gobierno. Después de ganar cómodamente la reelección con el 84,7% de los votos, Nuevas Ideas obtuvo 54 de los 60 escaños del Congreso en las elecciones legislativas.
A pesar de las irregularidades denunciadas en el proceso electoral, Bukele proclamó su victoria y, con la supermayoría, no dependerá de otros partidos para aprobar medidas, especialmente las relacionadas con la represión de pandillas. Este control también plantea la posibilidad de modificar la constitución para permitir mandatos consecutivos y abordar los desafíos económicos y sociales del país.
Las reformas electorales del año pasado, que redujeron los escaños del Congreso de 84 a 60, beneficiaron a Nuevas Ideas y fueron criticadas por la oposición como antidemocráticas. Aunque el recuento de votos ha sido objeto de controversias y el organismo electoral pidió un conteo manual, algunos observadores señalan que las irregularidades no parecen ser generalizadas.
La Organización de Estados Americanos (OEA) expresó preocupación por actitudes «dominantes e intimidantes» del partido ganador, pero no llamó a nuevas elecciones. La supermayoría brinda a Bukele la capacidad de abordar problemas internos y externos, pero persisten las críticas sobre la integridad del proceso electoral.
