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Quebec impone toque de queda en toda la provincia a partir del sábado en un esfuerzo por combatir los crecientes casos de COVID-19

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Quebec impone toque de queda en toda la provincia a partir del sábado en un esfuerzo por combatir los crecientes casos de COVID-19
Quebec impone toque de queda en toda la provincia a partir del sábado en un esfuerzo por combatir los crecientes casos de COVID-19.

MONTREAL – A partir del sábado, los quebequenses vivirán bajo un toque de queda mientras la provincia lucha por contener la pandemia de COVID-19.

Como se esperaba, el premier Francois Legault anunció una «terapia de choque» de varias nuevas medidas de bloqueo el miércoles por la tarde.

Entre las medidas se encuentra un toque de queda que requerirá que los quebequenses estén en sus hogares a las 8:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. o se arriesguen a una multa de hasta $6.000.

«Si quieres trabajar un poco más tarde, puedes hacerlo después de las 8:00 p.m. en casa», dijo Legault.

«Estamos hablando de salvar vidas y estamos hablando de salvar nuestro sistema de salud», agregó.

El toque de queda se aplicará a toda la provincia excepto a la región administrativa de Nord-du-Quebec.

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Legault enfatizó que más que para ir a trabajar, no habrá excusas para violar el toque de queda. Afirmó que las tiendas de comestibles y los ‘depanneurs’ de la provincia cerrarán a las 7:30 p.m. todos los días para que los compradores tengan tiempo de llegar a casa.

Se permitirá que las farmacias y gasolineras permanezcan abiertas durante las horas de toque de queda.

Las nuevas medidas tendrán una duración de cuatro semanas, hasta el 8 de febrero.

Las medidas que habían estado en vigor anteriormente, como el cierre de los comedores de los restaurantes, también se mantendrán durante las cuatro semanas.

El premier declaró que espera que la población sin hogar de Quebec cumpla con el toque de queda, y dijo que cree que hay suficiente espacio en los refugios de la provincia.

Los defensores han dicho que sus recursos y servicios se encuentran en un punto de ruptura ya que COVID-19 se ha extendido entre las personas sin hogar.

El anuncio se produce cuando el número de casos nuevos y muertes diarias sigue creciendo dentro de la provincia. El número de muertos en Quebec por COVID-19 es actualmente de 8.488 desde el comienzo de la pandemia.

Legault anunció que si bien la provincia ha visto una serie de brotes de COVID-19 derivados de las escuelas de la provincia, las escuelas primarias volverán a abrir según lo planeado el 11 de enero.

Como parte de los términos para la reapertura, los estudiantes de quinto y sexto grado deberán usar máscaras en el aula.

Las escuelas secundarias, sin embargo, no se reanudarán en persona hasta el 18 de enero.

Legault instó a las familias a evitar una actividad particularmente peligrosa: permitir que los abuelos cuiden a los niños mientras las escuelas están cerradas. Si bien los niños a menudo no muestran síntomas de COVID-19, exponer potencialmente a los abuelos mayores al virus es extremadamente peligroso, aseveró.

«No es una buena idea.»

Como parte de las nuevas medidas, Legault dijo que los lugares de culto, a los que se les ha permitido operar con una capacidad de 25 personas, estarán totalmente cerrados durante cuatro semanas, a excepción de los funerales, donde la asistencia estará limitada a 10 personas.

Hace apenas dos meses, Legault planteó la posibilidad de reuniones navideñas como incentivo para que los quebequenses cumplan con las reglas del COVID-19.

Pero a medida que el número de casos nuevos seguía creciendo, dio marcha atrás. El 14 de diciembre, el premier anunció un bloqueo de 18 días durante las vacaciones de Navidad, calificándolo de «disyuntor» que le daría tiempo a la provincia para reagruparse.

LOS BENEFICIOS DE UN ‘CURFEW’

Un experto en salud pública local dijo que uno de los beneficios de los toques de queda es simple: recuerdan a las personas la gravedad de la situación y su propio deber de ayudar.

“Al instituir un toque de queda, fomentamos la conciencia individual de los riesgos asociados con las salidas”, dijo Roxane Borges Da Silva, de la escuela de salud pública de la Universidad de Montreal.

Ella dijo que incluso 10 meses después de la pandemia, cree que muchas personas todavía no se dan cuenta del peligro del COVID-19, ya sea contraerlo o transmitirlo.

«Sé que va en contra de nuestros valores, pero realmente estamos en un punto de ruptura», declaró. «No podemos permitirnos tener tantos casos todos los días y sabemos que los hospitales también están en un punto de ruptura».

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