En la provincia de Ontario, a partir del miércoles, ya no se requerirá que los visitantes certifiquen que se han realizado una prueba COVID-19 en las últimas dos semanas, para ver a los familiares que tengan en centros de atención a largo plazo.
Las visitas internas a hogares de cuidado a largo plazo, actualmente limitadas solo a trabajadores esenciales y familias de pacientes paliativos, se permitirán ampliamente a partir del 22 de julio.
Con esta flexibilidad, los centros de atención a largo plazo también darán la bienvenida a los cuidadores esenciales, a menudo miembros de la familia, quienes ayudan con tareas básicas como la alimentación.
«Reconocer el papel importante que desempeñan, no solo para el bienestar físico de los residentes, sino también para el bienestar de su salud mental», dijo la fuente.
La política actualizada de visitantes no esenciales todavía requerirá que el sitio no tenga casos activos de COVID-19, y que los visitantes usen coberturas faciales y mantengan distancia social.
Los datos provinciales de salud pública sobre casos de COVID-19 publicados el martes, muestran 27 brotes actuales en centros de atención a largo plazo y 292 brotes resueltos.
Si bien los hogares retienen el poder de programar visitas para evitar el hacinamiento, los estrictos límites de tiempo se están eliminando gradualmente.
Los hogares de cuidado deberán velar por el cumplimiento de las medidas de protección establecidas por parte de los visitantes del sitio, y si es necesario, implantar sanciones según las leyes.
