Cinco años después de la represión formal del ejército canadiense contra la conducta sexual inapropiada, algunas víctimas aún informan haber sido intimidadas, acosadas y señaladas por oficiales superiores, según un nuevo estudio de una agencia del Departamento de Defensa Nacional.
En al menos un caso, una oficial de artillería informó que fue amenazada con humillación pública y llamada «mentirosa» por su sargento mayor de batería después de presentar una denuncia contra otro miembro de la unidad.
La sensación que tienen muchos de los que denuncian abusos de haber sido abandonados por la cadena de mando, a pesar de las seguridades de alto perfil en sentido contrario tanto de los altos líderes militares como del gobierno liberal, es uno de los hallazgos más inquietantes en un estudio completado discretamente a principios de este año por Investigación y Desarrollo de Defensa de Canadá (DRDC).
«Desafortunadamente, muchos participantes en este estudio describieron sentirse sin apoyo debido a interacciones con individuos en su cadena de mando luego de un incidente de conducta sexual inapropiada, sin importar si el incidente ocurrió antes o después de la Operación HONOR», se evidenciaba en el informe.
Operación HONOR es el nombre formal de los militares para una serie de iniciativas políticas y castigos destinados a eliminar la conducta sexual inapropiada en las filas.
«De hecho», decía el informe, «la abrumadora mayoría de los participantes describieron sentirse sin el apoyo de al menos un supervisor o líder debido a sus reacciones o respuestas a estos incidentes».
La campaña contra la violencia sexual y el acoso en las Fuerzas Armadas ha visto la creación de una serie de iniciativas e instituciones para apoyar a las víctimas, incluido el Centro de Respuesta y Conducta Sexual Inapropiada.
El número de denuncias de abusos, incluidos casos sacados a la luz por transeúntes, ha aumentado drásticamente. También lo ha hecho el número de cargos.
Los altos mandos insisten en que las reglas sobre el comportamiento apropiado en las fuerzas armadas se definen y comprenden con mayor claridad ahora. Y los líderes militares han dicho repetidamente que ha mejorado el trato a las víctimas por parte de la cadena de mando y los fiscales militares.
Una atmósfera de desdén
El informe, que entrevistó a 67 miembros actuales y anteriores, todos los cuales experimentaron agresión sexual o mala conducta, decía que si bien las víctimas experimentaron algunos momentos de humanidad y compasión al informar incidentes a sus superiores, persiste una atmósfera de desdén.
«La naturaleza de estas interacciones también varió, pero los participantes describieron sentirse rechazados, ignorados o no creídos por sus supervisores y otros líderes», dijo la encuesta.
«En algunos casos, estas interacciones incluyeron informes de intimidación, acoso y ser señalados por su cadena de mando».
La encuesta se completó en febrero pasado pero, a diferencia de la investigación en curso de Statistics Canada, como una encuesta reciente sobre conducta sexual inapropiada en universidades militares, no se publicó de manera pública.
Marie-Claude Gagnon es miembro de It’s Just 700, un grupo de apoyo para víctimas de agresión o abuso sexual en el ejército. Dijo que encontró el informe DRDC a través de una búsqueda en Google y tuvo que solicitar una copia, a pesar de que se le había pedido que ayudara a reclutar participantes para la encuesta y se le había asegurado que los hallazgos recibirían una transmisión pública.
El análisis de 16 páginas, que se describe como una «carta científica» por el brazo de investigación de la defensa, se desarrolla en un contexto de promesas incumplidas, iniciativas estancadas e incertidumbre para las víctimas dentro del sistema de justicia militar.
Los hallazgos subrayan la sensación de que las víctimas no creen que las escuchen, así como la necesidad de reforzar los derechos de las víctimas, dijo Gagnon.
El departamento de defensa, en una declaración escrita, dijo que la encuesta incitó a los líderes superiores a recordar a los oficiales al mando su deber de «responder de manera apropiada, justa y consistente» cuando se reportan incidentes.
