El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no adjuntará su firma a los cheques de ayuda por valor de 1.400 dólares que se espera que se envíen por correo pronto, una ruptura con su predecesor, que el año pasado imprimió «presidente Donald J. Trump» en los pagos de impacto económico aprobados por el Congreso.
La próxima ronda de cheques en papel llevará la firma de un funcionario de la Oficina del Servicio Fiscal del Departamento de Tesoro, afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una sesión informativa.
Los líderes demócratas de la Cámara de Representantes argumentaron que tienen los votos para dar la aprobación final del Congreso al proyecto de ley de ayuda COVID-19 de $1.9 billones de Biden.
La aprobación no ha sido cuestionada seriamente, pero la confianza de los líderes subrayó la unidad que los demócratas han demostrado durante el esfuerzo.
La votación de ese proyecto de ley, que incluye los cheques de la mayoría de los hogares estadounidenses, está programada para el miércoles. La aprobación de la Cámara, cuatro días después de que el Senado aprobó una versión modestamente reelaborada del paquete, asegurará el logro legislativo inicial más significativo de Biden.
Psaki afirmó que el objetivo era obtener los pagos rápidamente en lugar de calificarlos como provenientes de Biden.
«No se trata de él, se trata de que el pueblo estadounidense reciba alivio», dijo Psaki.
Trump insistió en abril pasado, después de que se aprobaran más de 2 billones de dólares en ayuda por coronavirus, que su nombre figurara en los cheques de ayuda de 1.200 dólares, una novedad para cualquier presidente.
El magnate inmobiliario y personalidad de los medios de comunicación pegó su nombre en rascacielos, bistecs, ropa masculina, un juego de mesa, agua embotellada, vodka y un programa de capacitación en bienes raíces que denominó «Trump University».
En el momento en que se entregaron los cheques, el ex presidente declaró: «estoy seguro de que la gente estará muy feliz de recibir un cheque grande, gordo y hermoso, y mi nombre está en él».
Además de esos cheques, el proyecto de ley general también extiende los beneficios de emergencia por desempleo hasta principios de septiembre, en lugar de expirar el 14 de marzo.
Los progresistas sufrieron reveses, especialmente la eliminación por parte del Senado de un aumento gradual del salario mínimo a $15 por hora para 2025. Pero la medida tiene tantas prioridades demócratas que la aprobación final no estaba en duda, a pesar de la estrecha mayoría de 10 votos en la Cámara de Representantes del partido.
«No habrá ningún problema» con la votación, aseveró a los periodistas la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata de California.
El único otro demócrata que se opuso a la medida el mes pasado fue el representante de Maine, Jared Golden.
