Una mujer de Alberta de unos 50 años murió de un trastorno poco común relacionado con los coágulos de sangre, después de recibir la vacuna COVID-19 de Oxford-AstraZeneca.
Es la segunda muerte reportada por Trombocitopenia Trombótica Inmune inducida por vacuna o VITT relacionada con la vacuna AstraZeneca en Canadá. Una mujer de Quebec de 54 años murió el mes pasado.
La directora médica de salud de Alberta, la Dra. Deena Hinshaw, anunció en un comunicado el martes por la noche que la muerte es el segundo caso de VITT en la provincia de más de 253.000 dosis de AstraZeneca que se han administrado en Alberta hasta la fecha.
Hace dos semanas, Alberta anunció que un hombre de unos 60 años había sido diagnosticado con VITT y se estaba recuperando.
Hinshaw agregó que si bien cualquier muerte es trágica, «es importante recordar que los riesgos de morir o sufrir otros resultados graves de COVID-19 siguen siendo mucho mayores que el riesgo después de la vacuna AstraZeneca».
Señaló que el riesgo global de desarrollar VITT se ha estimado en aproximadamente un caso por cada 100.000 a 250.000 dosis de vacuna. En comparación, los habitantes de Alberta entre las edades de 50 y 59 a quienes se les diagnostica COVID-19 tienen 350 veces más probabilidades de morir a causa de esa infección que de experimentar VITT después de una inyección de AstraZeneca.
La última muerte relacionada con la vacuna AstraZeneca se produce días después de que el Comité Asesor Nacional de Inmunización del país pareciera contradecir la recomendación de larga data de Health Canada de que la mejor vacuna es la primera disponible.
La NACI anunció el lunes que las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna son «preferidas» y que los canadienses deben sopesar los riesgos de esperar a una de ellas antes de decidir si tomar una inyección más inmediata de las otras dos vacunas COVID-19 aprobadas en Canadá.
Tanto la vacuna AstraZeneca como la de Johnson & Johnson se han relacionado con VITT en una cantidad muy pequeña de casos.
Por eso, la Dra. Shelly Deeks, vicepresidenta del comité, explicó que alguien que trabaja desde su casa en una provincia donde no hay mucha enfermedad podría querer esperar una inyección de las vacunas Pfizer o Moderna.
Pero dijo que sería un análisis de riesgo-beneficio muy diferente para alguien que trabaja en una planta de fabricación sin equipo de protección personal en una provincia donde COVID-19 se está extendiendo como un incendio forestal.
El martes, Alberta tenía 23.623 infecciones activas de COVID-19, la tasa de casos más alta de cualquier jurisdicción en América del Norte. Había 671 personas hospitalizadas debido a la enfermedad, 150 de ellas en cuidados intensivos.
Hasta ahora ha habido 2.099 muertes relacionadas con el virus en Alberta.
