Las primeras conversaciones cara a cara en dos semanas entre Rusia y Ucrania comenzaron el martes en Turquía, generando leves esperanzas de progreso para poner fin a una guerra que se ha convertido en una sangrienta campaña de desgaste.
Antes de las conversaciones en Estambul, el presidente ucraniano indicó que su país está preparado para declarar su neutralidad, como ha exigido Moscú, y está abierto a un compromiso sobre la disputada región oriental de Donbas, comentarios que podrían impulsar las negociaciones. Pero advirtió que la “guerra despiadada” continúa y que los ucranianos están pagando con sus vidas la vacilación de Occidente en imponer sanciones más duras a Moscú.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, manifestó a las dos partes reunidas para las conversaciones que tenían la «responsabilidad histórica» de detener los combates.
El objetivo de Putin de una victoria militar rápida se ha visto frustrado por la dura resistencia ucraniana, pero aún no había muchas esperanzas de un gran avance. La secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, reflejando el escepticismo entre los aliados occidentales de Ucrania, afirmó que pensaba que el presidente ruso “no hablaba en serio sobre las conversaciones”.
En la lucha que se ha convertido en un punto muerto de ida y vuelta, las fuerzas ucranianas recuperaron Irpin, un suburbio clave al noroeste de la capital, Kiev, dijo el presidente Volodymyr Zelenskyy el lunes por la noche. Pero advirtió que las tropas rusas se estaban reagrupando para recuperar el área.
Las conversaciones anteriores entre las partes, celebradas en persona en Bielorrusia o por video, no lograron avances para poner fin a la guerra de más de un mes que mató a miles y expulsó a más de 10 millones de ucranianos de sus hogares, incluidos casi 4 millones de su país.
Rusia ha exigido durante mucho tiempo que Ucrania abandone cualquier esperanza de unirse a la OTAN, que Moscú ve como una amenaza. Zelenskyy indicó durante el fin de semana que estaba abierto a eso y agregó que Ucrania estaba lista para declarar su neutralidad, pero enfatizó que el país necesita sus propias garantías de seguridad como parte de cualquier acuerdo.
Además de Irpin, las fuerzas ucranianas también recuperaron el control de Trostyanets, al sur de Sumy en el noreste, después de semanas de ocupación rusa que ha dejado un paisaje devastado por la guerra.
