Marielle Franco fue en vida una férrea defensora de los derechos humanos de Rio de Janeiro, “mujer, negra y de Maré” así de describía así misma. La concejala fue muy bocal y pública sobre sus serias críticas contra la gestión del gobierno de Brasil frente a la violencia, principalmente la intervención del Ejército nacional en la seguridad de la ciudad capital del país y la defensa de los derechos de las mujeres en el país carioca.
Sin embargo, la trayectoria de Franco fue catapultada debido a un evento trágico, mientras Franco impartía un curso de acceso a la universidad en un centro comunitario una amiga de Franco perdió la vida debido a una bala perdida producto de un enfrentamiento entre la policía y un grupo de traficantes. Este siniestro empujó a Franco a involucrarse en el activismo por los DDHH.
El pasado miércoles, Franco mientras regresaba de un acto político cuando un auto desconocido se posó a su lado y desde dentro le dispararon más de 6 veces. En el siniestro también falleció el conductor del vehículo.
Frente al crimen la indagación y la conmoción se extendieron por varias ciudades del país latinoamericano, desde su epicentro en Maré lugar en donde Franco vivió, este es un complejo de favelas y cuenta con aproximadamente 140000 residentes, este cuenta con uno de los índices de desarrollo humano más deplorables.
En vida, Franco arremetía contras la violencia que ocasionaba las fueras de la seguridad, una semana previa a su muerte realizó denuncias contra policías del 41 Batallón de la Policía Militar de actuar con crueldad en distintos operativos llevados a cabo en la comunidad de Acarí, se refirió a este como el conocido batallón de la muerte.
