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Gorbachov, el hombre que le abrió el camino a una «Europa Libre»

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Gorbachov, el hombre que le abrió el camino a una "Europa Libre"
El líder político contribuyó a la transformación de todo el panorama internacional.

Mijaíl Gorbachov nació en el seno de una familia campesina el 2 de marzo de 1931 Privólnoye, Stávropol al suroeste del país. Desde muy pequeño se decantó por la política, tanto así que cuando estaba estudiando en la Universidad de Estatal de Moscú, ingresó en el partido comunista de la región  en donde fue ascendiendo hasta llegar a convertirse en 1970 en su jefe. En 1971 entró al Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Al ser el máximo funcionario de la región de Stávropol Gorbachov empezó a aplicar sus ideales, empezando por la agricultura en donde comenzó a aplicar métodos innovadores para la época que lo llevó en 1978 a ser nombrado secretario de  Agricultura en el Comité Central del PCUS que al final de cuentas, fue su trampolín para alcanzar la secretaría general del partido.

Luego de ser nombrado como miembro del Buró Político (máximo órgano del poder ejecutivo de la URSS) en 1980,  se convirtió en es uno de los políticos más visibles y activo de toda la Unión Soviética. Liderando, la renovación del partido junto Yuri Andrópov, quien sería su padrino político.

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Andrópov quien confiaba en su pupilo, le colocó la tarea de reestructurar la política interior y exterior, teniendo como prioridad los asuntos agrícolas.  «Tú no te limites a los asuntos agrícolas. Debes dedicarte a todos los asuntos de la política interior y exterior. En cualquier momento, puede ser que mañana mismo, en ti recaiga toda la responsabilidad», le comentó en una ocasión.

Con la llegada al poder en 1985, Gorbachov despertó grandes expectativas en sus conciudadanos ya que no representaba el molde del típico político de la época, seco y con poca sinergia con las personas. Era extrovertido y le gustaba reí mucho. Así mismo, empezó a implementar reformas que buscaban la reorganización y modernización del país.

 Lanzó la Perestroika una reforma que buscaba liberalizar la economía, en otras palabras, era un plan que buscaba potenciar el desarrollo económico de la URSS y democratizarlo como estaba en países occidentales.

A su vez, poco tiempo después encabezó la política Glasnost (en español transparencia) que tenía como objetivo generar discusiones internar libres y abiertas entre ciudadanos sobre asuntos políticos y sociales.

Se sirvió de una nueva generación de tecnócratas que deseaban reformar el sistema comunista para hacerlo más efectivo, pero la vieja nomenclatura soviética no dejó de ponerle obstáculos en el camino.

«El pueblo quiere cambios. Ha llegado la hora. No se pueden aplazar por más tiempo», le dijo entonces Gorbachov al histórico «Mr. Niet», Andréi Gromiko.

Aun así siguió adelante con la introducción de la propiedad privada, aunque sin renunciar a la economía centralizada; la celebración de elecciones democráticas; la libertad de expresión y de credo; la creación de un nuevo legislativo y la liberación de presos políticos.

Relaciones con Occidente

En el plano exterior, mejoró las relaciones con Occidente, redujo notablemente el presupuesto de defensa, abrió negociaciones de reducción de armamento nuclear con Estados Unidos y ordenó la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.

Además, renunció a la doctrina de soberanía limitada en relación con los miembros del Pacto de Varsovia, lo que dio inicio a un proceso revolucionario que culminó con la caída del muro de Berlín, el derrocamiento de los regímenes comunistas de Europa del Este y posteriormente la reunificación de Alemania.

El aperturismo político y el deshielo con Occidente le granjearon el premio Nobel de la Paz en 1990, pero decepcionaría a sus partidarios occidentales al enviar tropas a Letonia y Lituania para reprimir los movimientos secesionistas.

En medio de la impopularidad de las autoridades debido a la escasez de productos básicos, algunas de las repúblicas soviéticas aprovecharon la pérdida de monopolio del poder del PCUS para proclamar su independencia de Moscú.

El enfrentamiento con su antiguo aliado, Boris Yeltsin, el primer presidente ruso elegido por sufragio universal, abrió una brecha insalvable que acabó por precipitar la desaparición de la Unión Soviética.

La puntilla fue el golpe de estado protagonizado por un grupo de dirigentes soviéticos, asonada que fue desarmada por un imparable Yeltsin, mientras Gorbachov regresaba de su encierro en el sur del país como un cadáver político.

Meses después, Gorbachov confirmaba la defunción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en un histórico discurso el 25 de diciembre de 1991.

«Gorbi», como era conocido en Occidente, era recibido como una estrella de rock en Occidente, pero sus compatriotas nunca le perdonaron la desaparición del Estado Soviético y hasta el día de su muerte muchos aún le acusaron de traición.

«Había que luchar por la integridad territorial de nuestro Estado de manera más insistente, coherente y osada, y no esconder la cabeza bajo la arena, dejando el culo al aire», le echó en cara Vladímir Putin, actual presidente ruso.

En respuesta, Gorbachov, quien ha criticado a Putin por monopolizar el poder pero ha defendido la anexión de Crimea y criticado la injerencia occidental en Ucrania, aseguró que la Perestroika es «una revolución inacabada»

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