Francia restringe aún más a los no vacunados

En Francia pronto se requerirá un «pase de salud» para trenes, vuelos domésticos y autobuses de larga distancia, así como en restaurantes y cafés. Este consiste en un código QR en un teléfono inteligente o en una hoja de papel, y muestra que las personas han sido completamente vacunadas, tienen un resultado reciente de una prueba de PCR negativa o se han recuperado recientemente de una infección por COVID-19.

El código QR ya es obligatorio en los lugares culturales y su uso se extenderá el 9 de agosto, siempre que el tribunal de apelaciones más alto de Francia dé su visto bueno. La ley también hará que la vacuna COVID-19 sea obligatoria para los trabajadores de la salud y aquellos que trabajan con personas vulnerables. En caso de incumplimiento, se suspenderá al personal sin goce de sueldo.

Las autoridades francesas están implementando el pase de salud en un intento de aumentar las tasas de vacunación y detener una cuarta ola de COVID-19, alimentada por la variante Delta altamente contagiosa. Las tasas diarias de infección se han disparado en las últimas semanas, pasando de aproximadamente 3.000 a principios de julio a más de 20.000.

El gobierno tiene como objetivo alcanzar la inmunidad colectiva, que los virólogos creen que se puede alcanzar con una tasa de inmunización del 80% al 90% de toda la población.

La mayoría de los franceses a favor del pase de salud

Los manifestantes sienten que su libertad personal está en peligro, y algunos hablan de una sociedad segregada. Entre otras cosas, como relajar el requisito de vacunación para los trabajadores de la salud, han estado exigiendo que se retire el pase de salud.

Pero aunque el número de manifestantes ha aumentado cada semana, no parecen representar a la mayoría de los franceses. Solo un tercio de la población apoya sus demandas, según una encuesta reciente realizada por el instituto de encuestas Ifop.

Otra encuesta reciente de los institutos Ipsos y Sopra Steria en nombre de la estación de radio Franceinfo muestra que más del 60% de los franceses están a favor del pase de salud, mientras que el 74% aprueba la vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud.

En declaraciones a los medios franceses a fines de julio, el presidente Macron rechazó los llamados de los manifestantes a una mayor libertad. 

Desde que Macron anunció las nuevas reglas, el número de inoculaciones diarias se ha disparado. Ahora ha alcanzado aproximadamente 650.000 en un promedio semanal, en comparación con alrededor de 350.000 a principios de julio, según el sitio web Doctolib.fr, que maneja la mayoría de las citas de vacunación.

Ese número incluye a muchos jóvenes que ahora parecen ansiosos por recibir su vacuna COVID. La proporción de personas de 18 a 39 años que ya han recibido al menos una dosis, lo que ha sido posible desde mayo, ha aumentado del 48% el 12 de julio a aproximadamente el 64% en la actualidad.