Aunque pase el tiempo, aún siguen llegando cartas y tarjetas de agradecimientos de los surcoreanos a la Asociación de Veteranos de Corea, donde Bill Black es presidente de un capítulo de Ottawa, a medida que se acerca el 70 aniversario del armisticio en ese conflicto.
Se desplegaron más de 26.000 miembros de las Fuerzas Armadas canadienses para ayudar a Corea del Sur después de que Corea del Norte la invadiera en 1950 y 7.000 más lo siguieron para ayudar con el mantenimiento de la paz después de que se firmó el armisticio el 27 de julio de 1953.
Black era parte del anterior mencionado. Trabajó en un destructor de la armada asignado para patrullar las aguas de Corea del Sur y dice que sigue siendo un honor haber servido.
“Estamos orgullosos de lo que logramos allí, todos nuestros veteranos canadienses que sirvieron en Corea están orgullosos”, declaró el veterano canadiense de 89 años.
Canadá perdió 516 soldados en la Guerra de Corea, según cifras del gobierno federal, lo que lo convierte en el tercer conflicto más mortífero que libra el país.
Black fue enviado a Corea del Sur en 1954, unos seis meses después de la firma del armisticio. La guerra, que técnicamente sigue en curso, había devastado el país, recuerda.
Black dice que esperaba que la contribución de las tropas lideradas por Estados Unidos, incluido él mismo, pudiera traer alivio al país cansado de la guerra. Décadas más tarde, y después de hacer dos visitas al país, confesó que está orgulloso de lo lejos que ha llegado Corea del Sur.
La guerra comenzó después de que el ejército de Corea del Norte llevara a cabo una operación ofensiva a gran escala para hacerse con el control de Corea del Sur en la mañana del 25 de junio de 1950.
Tres días después de cruzar el paralelo 38, que dividió la península de Corea en dos países después de la Segunda Guerra Mundial, el ejército invasor tomó el control de la capital de Corea del Sur, Seúl.
Luego, las fuerzas de Corea del Sur se reagruparon y construyeron una línea defensiva al sur del río Han, esperando que el ejército estadounidense y otras fuerzas acudieran en su ayuda.
En respuesta a la invasión, las Naciones Unidas fundaron un comando militar, encabezado por los EE. UU., que incluía las fuerzas de otros 15 países, incluido Canadá. Cinco países adicionales brindaron asistencia médica militar. El comando tenía como objetivo expulsar a los norcoreanos, que estaban respaldados por la Unión Soviética y China, fuera del sur.
El sangriento conflicto, que duró tres años, redujo a escombros las ciudades coreanas y se cobró millones de vidas, según algunas estimaciones.
Claude Charland, que era teniente cuando fue destinado a Corea del Sur desde Canadá en 1951, dice que los sacrificios realizados por las fuerzas canadienses valieron la pena.
Los esfuerzos de reconstrucción de posguerra de Corea del Sur transformaron al país en una potencia económica y militar en el este de Asia y en todo el mundo, dice.
“Fueron uno de los pocos países que han recibido mucho apoyo para reconstruir su país y no han malversado los fondos”, dice Charland, un coronel retirado.
Charland, quien ha regresado a Corea tres veces como parte de un programa del gobierno de Corea del Sur que invita a los veteranos extranjeros a visitar, dice que se ofreció como voluntario para ir a Corea cuando era un joven oficial a pesar de la oposición inicial de su madre.
Su pelotón fue emboscado en su primera misión, dice, y cinco de sus compañeros resultaron heridos. Pero el tiempo que sirvió en el país fue invaluable, dice.
