El gobierno federal ha publicado un plan de $15 mil millones para cumplir con sus compromisos de cambio climático que incluye aumentos constantes de su impuesto al carbono en cada uno de los próximos 10 años.
«Ya no puede contaminarse libremente en ningún lugar del país», dijo el primer ministro Justin Trudeau.
El plan incluye dinero para alentar a la industria pesada a reducir sus emisiones, para que las comunidades mejoren la eficiencia energética de edificios como estadios y pasillos, y para que las comunidades remotas abandonen la energía generada por diesel.
Pero su pieza central será un aumento en el precio federal del carbono.
El precio del carbono seguirá aumentando en 10 dólares la tonelada hasta que alcance los 50 dólares la tonelada en 2022. Trudeau anunció que los aumentos continuarán y serán más pronunciados después de eso: 15 dólares la tonelada al año.
Para el 2030, el precio será de 170 dólares por tonelada, lo suficiente, dicen los funcionarios federales, para aumentar el precio de la gasolina en el surtidor en 27,6 centavos el litro.
Trudeau dijo que el impuesto continuará siendo reembolsado y que la mayoría de las familias deberían recibir más de lo que pagan en impuestos.
«Seguimos avanzando y poniendo más dinero en los bolsillos de las familias canadienses aumentando el precio de la contaminación».Otras características del plan incluyen $3 mil millones para proyectos en industrias como acerías y plantas petroquímicas para reducir o compensar sus emisiones.
Las comunidades recibirán 1.500 millones de dólares para reacondicionar la infraestructura y los pueblos remotos recibirán casi 1.000 millones de dólares para ayudarles a dejar de utilizar los combustibles fósiles.
El plan es lograr una reducción del 32% en las emisiones para 2030, un poco más que el compromiso del 30% de los liberales federales.
Ottawa espera alcanzar reducciones del 40% cuando se superponen los programas provinciales.
