No se vislumbra el fin del aumento de los precios de los alimentos, incluso después de que los directores de las cadenas de supermercados más grandes de Canadá testificaran en Ottawa frente a un comité parlamentario que está estudiando los costos inflados.
Su testimonio se produjo en medio de llamados de políticos federales, incluida la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, y el líder del NDP, Jagmeet Singh, para que la industria sea más transparente sobre lo que está impulsando sus ganancias récord.
Durante meses, se ha culpado a las tiendas de comestibles canadienses por el aumento de las facturas de los comestibles, y se ha acusado a los altos ejecutivos de «inflación por codicia» después de que los precios de los comestibles aumentaran un 11,4 % en enero en comparación con 2022, casi el doble de la tasa general de inflación.
Los compradores en Toronto manifiestan que han tenido que modificar sus dietas debido a los altos precios, algo que no se espera que desaparezca pronto. David Soberman, profesor de marketing de la Universidad de Toronto, manifestó que los costos fijos no han aumentado tanto como la inflación.
Los líderes de las principales cadenas de supermercados de Canadá insisten en que la inflación de los precios de los alimentos no se debe a la búsqueda de ganancias y que sus márgenes en las ganancias relacionadas con los alimentos se han mantenido bajos. Es «falso» sugerir que las tiendas de comestibles son responsables de los altos precios de los alimentos, dijeron los tres líderes a los miembros del parlamento, diciendo que la inflación de los alimentos es un problema global.
La inflación de alimentos de Canadá actualmente sigue siendo la tercera más baja entre los países del G7, y cuando se compara con los países europeos, las cifras muestran que la situación de Canadá no es tan precaria. La tasa de inflación de alimentos de Alemania, por ejemplo, fue de un sorprendente 20,7 % en enero en supermercados y restaurantes.
Aún así, los canadienses están y deberían estar preocupados. El costo de los comestibles ha creado más barreras para acceder a alimentos saludables, y los hogares vulnerables ahora experimentan inseguridad alimentaria.
