En el último estudio sobre COVID-19 realizado por el Grupo de Trabajo de Inmunidad de COVID-19 (CITF), se cree que a partir de marzo de 2023, las tres cuartas partes de los canadienses tenían inmunidad contra el SARS-CoV-2.
El equipo de CITF recopiló datos utilizando muestras de sangre para estimar las tendencias en torno al virus.
Utilizando tres períodos de tiempo: prevacunación (marzo de 2020 a noviembre de 2020); lanzamiento de vacunas (diciembre de 2020 a noviembre de 2021); y las ondas ómicron (diciembre de 2021 a marzo de 2023), pudieron determinar durante las dos primeras fases de la pandemia que muy pocos canadienses tenían SARS-CoV-2 en la sangre.
En mayo de 2020, cuando el COVID-19 era relativamente nuevo en Canadá, menos del 0,3 % de los canadienses mostraban una infección previa. Para noviembre de 2021, ese porcentaje aumentó al 9 por ciento.
«A pesar de la alta cobertura de vacunas en Canadá, la tasa de infección aumentó rápidamente con la variante Omicron altamente contagiosa», explicó el Dr. Bruce Mazer, codirector del estudio, director científico asociado, estrategia en el CITF y científico principal en el Instituto de Investigación de la Centro de Salud de la Universidad McGill.
El CITF ha podido determinar que la tasa de aumento de la seroprevalencia adquirida por infección se ha desacelerado significativamente desde la primavera de 2023, pero señala que sigue aumentando.
El estudio completo realizado por el CITF ha sido publicado en el Canadian Medical Association Journal.
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