Las nuevas reglas entraron en vigencia a fines del mes pasado para crear protecciones más sólidas hacia los consumidores en lo que respecta al sistema bancario de Canadá, pero algunos defensores manifestaron que estas no van lo suficientemente lejos.
«Estos cambios de reglas son pequeños pasos para mejorar un poco las cosas», dijo Duff Conacher, de Democracy Watch, un grupo de defensa de la responsabilidad corporativa.
Hay más de 60 cambios en la Ley Bancaria de Canadá, que incluye cosas como tiempos de espera más cortos para resolver quejas, alertas electrónicas que advierten sobre saldos bancarios bajos y límites en cuanto a cuánto es responsable si pierde o le roban su tarjeta de crédito.
Los cambios en las reglas han tardado 10 años en realizarse y, aunque el gobierno federal adoptó una legislación para modernizar las nuevas reglas en 2018, solo entraron en vigencia tres años y medio después, el 30 de junio de 2022.
Algunos de los nuevos cambios para ayudar a beneficiar a los 30 millones de clientes bancarios de Canadá incluyen que el banco debe atender las quejas de los clientes en un plazo de 56 días en lugar de 90.
Los bancos deben limitar la responsabilidad por tarjetas de crédito perdidas o robadas a $50 y advertir a los clientes si entran en sobregiro o superan su límite de crédito, lo que podría incurrir en cargos adicionales.
Después de las quejas de que los bancos ofrecían productos costosos e innecesarios a sus clientes, ahora solo pueden vender productos y servicios que sean apropiados para las necesidades de los solicitantes.
Conacher expresó que los bancos habían estado vendiendo productos y servicios que beneficiarían solo sus resultados.
Si bien es una buena noticia para los clientes que ahora solo pueden ser responsables de $50 si pierden o les roban su tarjeta de crédito, Conacher añadió que los bancos también pueden decir que el cliente fue negligente al proteger la información de su tarjeta de crédito y encontrarlos responsables de cualquier fraude que ha ocurrido.
Según las nuevas reglas, los bancos también tendrán que crear un programa de denuncias que permitirá a sus empleados exponer problemas que de otro modo no se denunciarían.
