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«Te dan ganas de pasar todo el día cazando, pensando que debe haber más», confesó Danner, quien encontró ambos dientes en Fernandina Beach.

Los dientes de megalodón son artículos preciados para los coleccionistas aficionados que compiten por obtener los más grandes y prístinos que puedan encontrar. Pero no son de gran interés científico porque miles llegan a la costa en el sureste, dijo Hans Sues, científico principal del Departamento de Paleobiología del Museo Smithsonian de Historia Natural.

El Megalodón nadó a través de los océanos del mundo hace 3,6 millones a 20 millones de años antes de extinguirse. Eran el tiburón más grande que jamás haya existido, alcanzando hasta 60 pies y tenían varias filas de dientes que recubren sus mandíbulas, según el sitio web del Smithsonian.

«El tamaño de los dientes se adapta a la longitud total del cuerpo en los tiburones actuales», aseveró Sues. «Luego pueden usar esta proporción para estimar la longitud total de un ‘Meg'».

Durante tormentas como Elsa, las grandes olas del océano «recogen una gran cantidad de sedimentos del lecho marino en aguas poco profundas y luego los depositan en las playas, proporcionando un festín para los amantes de la playa», agregó Sues.

Un niño de 5 años que estaba de vacaciones en North Myrtle Beach también descubrió un gran diente de megalodón, según medio locales.

Danner aseveró que ha recolectado muchos dientes de tiburón durante su tiempo aquí, pero encontrar los dientes de megalodon sacó al niño dentro de él.

«Le doy la vuelta en todas direcciones y lo sostengo en mi mano, imaginándome los millones de años de historia que tengo ahí mismo», enunció Danner.

Danner añadió que espera que su suerte se mantenga el tiempo suficiente para encontrar una moneda de oro de un naufragio a continuación.