OTTAWA – El primer ministro Justin Trudeau parece estar descartando la idea de un pasaporte de vacunación nacional a medida que las provincias adoptan restricciones más severas para tratar de acabar con un aumento en los casos de COVID-19.
Esto se produce cuando los funcionarios hablan sobre un aumento significativo de las vacunas en los próximos meses. Se ha hablado provincialmente de crear algún tipo de sistema para probar si alguien ha recibido su inyección de COVID-19, como es el caso en algunos países europeos, donde se están introduciendo sistemas similares.
Sin embargo, en una entrevista, Trudeau confirmó que no está considerando uno para Canadá.
«Hay una amplia gama de razones por las que alguien podría no vacunarse y me preocupa la posibilidad de crear efectos indeseables en nuestra comunidad», afirmó.
“Los indicios de que la gran mayoría de los canadienses están buscando vacunarse nos llevarán a un buen lugar sin tener que tomar medidas más extremas que podrían tener impactos divisorios reales en la comunidad y el país”, agregó Trudeau.
Mientras tanto, funcionarios confirmaron que a partir del viernes el gobierno federal habrá distribuido 929.000 dosis de vacunas. En el segundo trimestre, se espera que las entregas aumenten significativamente, a alrededor de un millón de dosis por semana.
A principios de esta semana, Canadá obtuvo otros 20 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, lo que eleva el total del país a 80 millones de dosis que llegan este año de Pfizer y Moderna.
Trudeau declaró entonces que espera que todos los canadienses que quieran la vacuna puedan obtenerla en septiembre.
En la entrevista, Trudeau también mencionó que espera reunirse con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, lo antes posible después de su investidura, para hablar sobre su propio futuro político. Trudeau afirmó que espera servir como primer ministro durante muchos años más.
