La demanda es un desafío bajo la Carta de Derechos y Libertades de Canadá a las medidas de respuesta a la pandemia del país; fue interpuesta por Vaccine Choice Canada y siete personas más en el Tribunal Superior de Justicia de Ontario en Toronto el 6 de julio.
Los demandantes denuncian a los gobiernos de Canadá y Ontario, políticos de alto rango, varias autoridades de salud locales de Ontario, funcionarios de salud.
La acción legal afirma que el cierre de negocios fue «extremo e injustificado», que las medidas de autoaislamiento impuestas a las personas «no fueron científicas, ni médicamente basadas ni probadas» y que el uso obligatorio de máscara en algunos espacios públicos imponen «daño físico y psicológico».
Violación a los derechos
La demanda alega que las medidas violan los artículos 2 (derecho de asociación), 7 (vida, libertad y seguridad de la persona), 8 (allanamiento e incautación ilegal), 9 (detención arbitraria de los agentes del orden) y 15 (igualdad ante y bajo la ley) de la carta.
Nombres de los demandantes redactados por temor al acoso
Si bien existen copias de la declaración de reclamo de 191 páginas en línea, los nombres y las historias de algunos de los demandantes individuales, no han sido publicados.
Los trinos de Rocco Galati, el abogado que representa a los demandantes, afirman que se hicieron por precaución y para proteger a las personas del acoso.
No se ha fijado una fecha para cuando el caso vaya a la corte, y no está claro si un juez permitirá que proceda. La demanda busca $1 millón en daños generales y $10 millones en daños punitivos, más costos legales.
Erudito legal dice que la demanda tiene reclamos que vale la pena examinar
Entre las historias personales en la declaración de reclamación, se encuentra la de un hombre de Hamilton de 23 años con autismo que tiene la capacidad emocional de un niño de cuatro años. Su tutor afirma que el hombre no tiene la capacidad para comprender las medidas de salud pandémicas, que lo han «devastado mentalmente por completo» al privarlo de sus rutinas y su red social y emocional.
Otro relato es de una mujer de Mississauga que dice que no puede usar una máscara porque desencadena un recuerdo traumático de haber tenido una máscara sobre su rostro por la fuerza durante una agresión sexual.
«No creo que debamos violar la privacidad de las personas o hacer que revelen condiciones médicas, particularmente en el contexto de una empresa privada», dijo Jacob Shelley, profesor asistente de derecho y ética de la salud en la Western University de Londres, Ontario.
Demanda ensombrecida por otras ‘afirmaciones
Shelley dijo que dado el contenido de la demanda, un debate público sobre las máscaras corre el riesgo de verse ensombrecido por otras afirmaciones que no están respaldadas por la ciencia.
«La ‘pandemia’ y las medidas son falsas, diseñadas e implementadas para fines indebidos y ulteriores, a instancias de la OMS, controladas y dirigidas por oligarcas corporativas multimillonarias», dice el comunicado.
