En un verdadero partidazo Jurgen Klopp y sus dirigidos hicieron vibrar a todo Liverpool al remontar de forma heroica y contundente el resultado adverso que habían tenido en Barcelona.

Con un lapidario 4-0 los reds despacharon a los culés. Desde antes del partido la actitud de los ingleses fue clara, en declaraciones previas Klopp había advertido que los once que jugarán y cualquiera que entrara al terreno dejaría la vida y el alma en la cancha.

¡Y sí que lo hicieron! Desde el primer minuto la actitud de los locales fue arrasadora, poco les importó y les acongojó el hecho de no contar con su máxima estrella Mohamed Salah, así como tampoco echaron de menos a Roberto Firmino. Lejos de eso, los once elegidos se dedicaron a jugar con alma y corazón noventa minutos que los podían llevar a la gloria.

Tan solo a los siete minutos de juego, Origi hizo vibrar a un estadio que estaba a reventar con el primer gol de la noche que avisaba la magia que tenia preparada la plantilla de Liverpool.

Por su parte, Barcelona nunca despertó de su letargo, los jugadores en la cancha le cedieron el balón casi en su totalidad a los locales y como si fuera poco, su medio campo estuvo plagado de errores continuos en la entrega y fallas constantes en todos los mano a mano.

El milagro ocurriría en la segunda mitad, Valverde siguió confiado y no realizó cambios en el equipo para el complemento. Mientras que Klopp se vio obligado a realizar la modificación por la lesión de Robertson, dándole ingreso a la estrella de la noche: Wijnaldum.

Desde la banca y muy rápidamente llegarían en dos minutos claves dos goles que igualarían la serie. Wijnaldum anotaría un doblete para la historia, el primero al minuto 54 tras habilitación de Arnold y el segundo a los 56 tras centro de Shaquiri.

Con el marcador empatado en cancha, la tribuna de Anfield iba a derrumbar el estadio con el apoyo constante a los gladiadores de la cancha, que lejos de bajar la verticalidad, siguieron presionando a los rivales en busca del gol que los clasificara directamente a la gran final.

Mientras tanto, Valverde en un cambio inexplicable, con el marcador igualado, retira del campo a Arturo Vidal para darle ingreso a Arthur. Con la salida del chileno, Barcelona quedó mucho mas replegado y no hubo quien transportara el balón hacia el frente de ataque. Messi perdido entre cinco intento algún regate, pero siempre estuvo seguro Allison Becker en el arco de los ingleses.

La noche estaba destinada a ser roja y Origi lo haría realidad, repitió en el marcador y anotó su propio doblete para sellar el milagro en Anfield al minuto 79 tras un error infantil y grosero de todo el equipo visitante. Los jugadores dormidos y en una jugada de viveza e inteligencia Liverpool baja del avión a los culés y se instala en la gran final.

Estupenda victoria para Klopp y sus dirigidos, que ahora esperan al ganador en la semifinal entre Tottenham y Ajax para darse cita en la gran final. Hay que destacar y enmarcar el estupendo aliento incansable de los asistentes a Anfield, al final como premio para todos la plantilla completa y los hinchas entonaron a una sola voz el conocido YNWA! Postal para el recuerdo de una noche mágica en Anfield.