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Las presidenciales iraníes serán una disputa dentro de la línea dura del régimen

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Esfandiar Rahim Mashaie, uno de los candidatos eliminados a la presidencia de la República Islámica de Irán. EFE/Archivo

 La eliminación de los dos principales candidatos opuestos a los conservadores para los comicios presidenciales de Irán convierte la campaña electoral en este país en una disputa interna dentro de la línea dura que rodea al líder supremo del régimen islámico, ayatolá Alí Jamenei.

La campaña, según ha informado el Ministerio del Interior, está abierta desde hoy, tras la publicación de los nombres de los ocho candidatos admitidos para las presidenciales, de los que cinco son conservadores principalistas cercanos a Jamenei, dos reformistas moderados y uno tecnócrata independiente sin adscripción.
Los dos candidatos que ponían en cuestión la línea dominante principalista del régimen teocrático musulmán chií de la República Islámica, el ex presidente reformista moderado Akbar Hashemi Rafsanyani y el nacionalista conservador y liberal en cuestiones sociales Esfandiar Rahim Mashaei, han sido descalificados.
Según dijo hoy a Efe un diplomático europeo, que pidió el anonimato, «con la eliminación de Rafsanyani se ha quebrado un pilar del régimen y se ha reducido el espacio político, económico y social del sistema», que se ha reducido a «la línea dura de Jamenei».
«Esto es un aviso de los sectores más reaccionarios del sistema, tanto interno como hacia el exterior, de que las posiciones del régimen no van a cambiar y que, en todo caso, se van a endurecer, también en las negociaciones en materia nuclear».
Para esta fuente, «no hay duda de que un sector militar, del Cuerpo de Guardianes de la Revolución, que se beneficia de la situación actual de aumento del aislamiento del país, ha presionado para eliminar a todos aquellos que apuntaban a una posible negociación y acuerdos internacionales».
«En este momento, todo es posible, antes y después de las elecciones», dijo el diplomático, que apuntó que, en su opinión, todos los que no están dentro de la línea dominante «están bajo sospecha», incluido el presidente, Mahmud Ahmadineyad, que ha manifestado su protesta por la eliminación de su candidato, Mashaei.
Mashai ha anunciado que recurrirá legalmente su exclusión por parte del Consejo de Guardianes, que elige los candidatos para los comicios nacionales en Irán, mientras Ahmadineyad aseguró que su patrocinado «ha sido humillado» y aseguró que tratará el asunto con Jamenei y espera que sea finalmente admitido.
La reacción de Rafsanyani ha sido más lacónica, se ha limitado a anunciar que no va a recurrir su eliminación como candidato, y pedirá a sus seguidores que no entren en campañas de descrédito para defender genéricamente la «presencia de todas las tendencias» en las elecciones para mantener la fortaleza del régimen.
Mientras tanto, la falta de contraste entre los cinco candidatos conservadores y el mediano relieve de los otros tres aspirantes a la Presidencia ha hecho perder interés a la campaña y, pese a los llamamientos a la participación popular y al voto como símbolo de respaldo al régimen islámico, la abstención podría ser muy elevada.
La campaña montada en torno al secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y principal negociador nuclear del país, Said Jalili, respaldado por el líder, apunta a que sería el próximo presidente, «pero eso puede cambiar de un día para otro», dijo hoy a Efe un comentarista extranjero residente en Teherán.
«Hace dos semanas era (el asesor de Jamenei, Ali Akbar) Velayati el que parecía el candidato del líder, y desde hace diez días es Jalili, pero la cosa podría cambiar y Velayati, con mucho más fondo e influencia en el régimen, podría volver a ser el candidato», señaló el comentarista.
Algunos de los conservadores principalistas de la línea de Jamenei quieren designar un candidato único entre ellos, posiblemente Jalili, pero de los cinco algunos no están de acuerdo: «El alcalde de Teherán (Mohamad Bagher Qalibaf) va a ir hasta el final, pero no va a ganar», añadió.
En todo caso, el analista coincide con el diplomático en que con la eliminación del sector nacionalista conservador de Ahmadineyad y, sobre todo, con la descalificación del histórico Rafsanyani, el régimen ha reducido su base y ahora se sustenta sólo en la línea más dura de clérigos, militares y políticos.
Chema Ortiz/Teherán, 22 may (EFE).-

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