Casi un año después de la pandemia de COVID-19, el abuso doméstico que enfrentan las mujeres y los jóvenes LGBTQ no se ha desacelerado y los encierros solo empeoran las cosas.
Con provincias y territorios dentro y fuera de varios estados de encierro, las mujeres y los jóvenes LGBTQ pueden ser más vulnerables en situaciones de vida precarias e inseguras. Ya sea que se trate de una pareja abusiva o de un padre que no lo apoya, las llamadas no se han detenido ni disminuido.
“Antes de COVID-19, recibíamos casi 50.000 llamadas anuales de mujeres de toda la provincia. Entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de 2020, los consejeros respondieron más de 70.000 llamadas. Un tercio de esas llamadas son de fuera de Ontario”, declaró Yvonne Harding, gerente de desarrollo de recursos de la línea de ayuda para mujeres abusadas.
El aumento de llamadas se ha convertido en una nueva normalidad, al igual que los bloqueos intermitentes y las máscaras.
“Solo en las primeras 3 semanas de la pandemia, hubo un aumento del 400% en el número de llamadas específicamente para buscar refugio”, dijo Harding.
Las líneas de ayuda para jóvenes LGBTQ están experimentando un aumento similar. Las líneas telefónicas de Youth Line han caído desde marzo pasado, pero han recurrido a servicios de texto y chat en lugar de llamadas telefónicas.
“Incluso con nuestro servicio telefónico actualmente inactivo, vimos un gran aumento del 30% al comienzo de la pandemia”, aseguró Minna Frederick, gerente de apoyo entre pares en la Línea Juvenil Lesbian Gay Bi Trans. “Nuestras cifras siguen siendo más altas de lo habitual. Hemos tenido que incrementar nuestros nuevos ciclos de formación de voluntarios para satisfacer la demanda ”.
Y no es solo la cantidad de llamadas lo que ha cambiado.
“El mayor impacto que han tenido las restricciones y los bloqueos en las líneas es en realidad el contenido de las llamadas”, aseguó. “Estamos experimentando un aumento de los chats/mensajes de texto de jóvenes queer, trans que están en casa con familias que no los apoyan y, en algunos casos, experimentan violencia familiar”, añadió.
Los jóvenes que usan la línea de ayuda a menudo dependen del apoyo y la conexión de grupos de pares fuera de sus hogares, pero con los cierres de COVID-19 vigentes, no pueden reunirse con sus pares y grupos de apoyo.
Los encierros y el distanciamiento físico pueden crear una tormenta perfecta en situaciones domésticas violentas.
Dado que las personas están atrapadas en casa con cónyuges o familiares abusivos, las líneas de ayuda han tenido que adaptar sus servicios para ayudar a quienes no se sienten seguros al contestar el teléfono, además de aumentar su número de consejeros y voluntarios.
“A fines del otoño, presentamos la asesoría en línea. Sabíamos que a muchas mujeres les resultaba difícil llamar a su pareja en casa ”, explicó Harding.
Si sufre abuso doméstico y busca ayuda, puede acceder a estos servicios:
Línea de ayuda para mujeres agredidas: línea gratuita las 24 horas, los 7 días de la semana al 1-866-863-0511, o en línea de lunes a viernes 11-8.
Los servicios de Youth Line están disponibles aquí .
