El alcalde de Ottawa, Jim Watson, está pidiendo al consejo de la ciudad que denuncie formalmente la terapia de conversión y exija al gobierno federal que reintroduzca un proyecto de ley que criminalice la controvertida práctica.
La terapia de conversión intenta obligar a las personas, en muchos casos a los niños, a cambiar su orientación sexual, identidad de género o expresión a través del asesoramiento o la medicación. La práctica ha sido condenada por la Asociación Canadiense de Psicología como dañina porque puede causar ansiedad, depresión y angustia.
Watson, quien se declaró homosexual, planea presentar un aviso de moción durante la reunión del consejo del miércoles pidiendo a sus colegas del consejo que denuncien formalmente la práctica «como dañina para las personas y la sociedad al promover mitos y estereotipos sobre la orientación sexual e identidad de género.»
Proyecto de Ley C-8
La moción también alienta a cualquier persona que se haya sometido a una terapia de conversión a buscar ayuda profesional de varios recursos locales, y a cualquier persona que sospeche que alguien ha sido secuestrado o confinado a la fuerza a que se comunique con la policía de Ottawa.
Si se aprueba, Watson escribirá al primer ministro y al fiscal general, entre otros parlamentarios, pidiendo que el proyecto de Ley C-8, que enmendaría el Código Penal para prohibir la práctica de la terapia de conversión, se reintroduzca «lo antes posible en la próxima sesión. del Parlamento».
El proyecto de Ley C-8 crearía nuevos delitos, incluido hacer que una persona se someta a una terapia de conversión contra su voluntad, obligar a un niño a participar, sacar a un niño de Canadá para que participe en la terapia fuera del país, publicitar la terapia de conversión y obtener ganancias de ella.
Déjelo en manos de los legisladores, aconseja Di Monte
La moción de Watson sigue un análisis de Anthony Di Monte, Gerente General de Servicios de Emergencia y Protección de la Ciudad, a quien el alcalde le pidió que investigara si la ciudad podría seguir adelante y regular la práctica a través de sus propios estatutos.
«No hay una autoridad clara para que el consejo prohíba directamente un negocio en Ontario», concluyó Di Monte en un memorando al alcalde y al consejo el martes.
Di Monte descubrió que existen «impedimentos prácticos y de otro tipo» que harán que sea «bastante desafiante» para la ciudad prohibir la terapia de conversión por sí sola.
Terapias de conversión realizadas en secreto
A través de consultas con grupos de defensa como Capital Pride y No Conversion Canada, está claro que la terapia de conversión a menudo se realiza en secreto, y la policía estaría mejor equipada para investigarla como un asunto criminal, dijo.
Dado que el gobierno federal está en proceso de prohibir la terapia de conversión, los municipios deben tener cuidado con sus propias leyes para no entrar en conflicto con ese marco legal, dijo Di Monte.
Si bien Canadá aún no ha prohibido la terapia de conversión, la práctica ya es ilegal en Ontario y la ciudad de Calgary, mientras que Manitoba, Nueva Escocia y Vancouver han introducido restricciones.
