No hay una solución rápida para la tambaleante economía de Cuba, declaró su ministro de Economía, ya que la inflación, la escasez de combustible, la caída de la producción agrícola y la escasez de efectivo arrastran la producción y continúan avivando el descontento en los países comunistas.
El ministro de Economía, Alejandro Gil, en una presentación de una hora ante los legisladores recién electos, declaró que había muy poca moneda extranjera en la isla para pagar las codiciadas importaciones de combustible, alimentos y productos agrícolas, lo que significa que Cuba se las arreglaría cada vez más con lo que puede producir en casa.
«Si no podemos producir, no lo tendremos», indicó Gil a los legisladores, refiriéndose específicamente a algunos productos alimenticios e instando a los legisladores y municipios a darle un nuevo impulso a la producción agrícola este año y el próximo.
Una grave crisis económica en Cuba, una de las peores desde la revolución de Fidel Castro en 1959, ha provocado escasez de alimentos, combustible y medicinas y ha contribuido a un éxodo sin precedentes de migrantes hacia el norte de los Estados Unidos.
El turismo, que alguna vez fue un impulsor clave de las divisas que tanto se necesitaban, ha tenido problemas para revivir, con un número de visitantes entre enero y abril de este año de solo la mitad del mismo período en 2019, añadió Gil.
Eso ha dejado al país sin las divisas necesarias para importar necesidades agrícolas críticas como fertilizantes y alimentos para animales.
La producción de carne de cerdo para el estado, por ejemplo, se desplomó de un récord de 199,7 toneladas en 2017 a solo 16 toneladas en 2022, analizó Gil, debido a que los insumos se agotaron.
El combustible que de otro modo podría ayudar a impulsar la producción agrícola y entregar bienes al mercado se ha redirigido a la generación de electricidad, dijo Gil. Cuba usó casi el doble de diésel de lo planeado para producir electricidad en los primeros cuatro meses de 2023, agregó el ministro de Economía.
El aumento de los precios de los alimentos, debido a las ineficiencias y la disminución de la producción, ha superado con creces el poder adquisitivo de la mayoría de los cubanos, dijo Gil, dejando a muchos con salarios que no alcanzan a cubrir sus «necesidades básicas».
Cuba culpa al embargo comercial estadounidense de la era de la Guerra Fría por gran parte de sus problemas, aunque los altos funcionarios han pedido cada vez más a los cubanos que encuentren nuevas formas de superar las sanciones.
