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El proceso de paz en Colombia se encuentra en medio de una tormenta después de los golpes a las FARC

El proceso de paz en Colombia se encuentra en medio de una tormenta después de los golpes a las FARC

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El comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pastor Alape. EFE/Archivo
El comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pastor Alape. EFE/Archivo

Bogotá, 27 may (EFE).- Tres duros golpes militares contra las FARC en los que perecieron 40 guerrilleros, dos de los cuales hicieron parte de la delegación de paz, han causado una turbulencia en las negociaciones que mantienen el Gobierno colombiano y esa guerrilla en Cuba.

La dificultad fue reconocida hoy por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en un discurso que dio en el municipio de Montelíbano, en el departamento caribeño de Córdoba.

«Ahora que estamos pasando por una tempestad en el proceso de paz, que la guerrilla dijo que iba a terminar su cese al fuego unilateral, que espero que también sea pasajero, nosotros vamos a perseverar, pero mientras tanto ustedes no bajen la guardia», recomendó a los jefes militares.

En solo una semana tres integrantes relevantes de la estructura de las FARC han muerto en operativos de las Fuerzas Armadas.

Uno de ellos fue Pedro Nel Daza Martínez, alias «Jairo Martínez», quien según anunció hoy la delegación de paz de la guerrilla en La Habana, había integrado ese equipo y es uno de los 27 rebeldes muertos en el bombardeo del pasado jueves contra uno de sus campamentos en Guapi, en el departamento del Cauca (suroeste).

Fuentes militares confirmaron hoy que otro guerrillero conocido con el alias de «Emiro Chaqueto», que también había hecho parte de la delegación de las FARC en Cuba, cayó este lunes en el mismo bombardeo en Riosucio, en el departamento del Chocó (oeste) en el que murió Alfredo Alarcón Machado, alias «Román Ruiz», máximo jefe del bloque noroccidental y miembro del Estado Mayor.

Ni «Jairo Martínez» ni «Emiro Chaqueto» tenían sin embargo estatus de negociadores de paz y solo hicieron parte del grupo de guerrilleros que han estado en La Habana para distintas funciones, según fuentes oficiales.

Una tercera operación militar en Segovia, departamento de Antioquia (noroeste), dejó el pasado sábado otros ocho miembros de las FARC muertos.

Como consecuencia del primero de esos bombardeos, la guerrilla suspendió el alto el fuego unilateral e indefinido que había comenzado el pasado 20 de diciembre y que ya había interrumpido al atacar el 15 de abril a un pelotón militar en Buenos Aires (Cauca), acción que dejó once miembros del Ejército muertos.

En respuesta a ese ataque Santos revocó la orden que había dado en marzo de suspender los bombardeos contra los campamentos de las FARC con el objetivo de reducir la intensidad del conflicto.

Al reiniciarse los bombardeos, ese fin que perseguía Santos saltó por los aires y el conflicto armado que azota Colombia desde hace más de medio siglo entró en una espiral de violencia de la que ahora parece complicado encontrar una salida.

Precisamente, Santos pidió hoy a las tropas que «no bajen la guardia» para evitar que se repitan golpes como el sufrido por el Ejército en el Cauca que, según dijo, son «producto de errores militares, de errores de procedimiento».

Por su parte, la delegación de paz de las FARC desde La Habana destacó en la mañana de hoy que «Jairo Martínez» se encontraba en Colombia «en misión de pedagogía de paz».

Asimismo, insistieron en que «el destino de Colombia no puede ser el de la guerra» y abogaron por «restablecer la confianza y retomar el esfuerzo» en el proceso de diálogo para «concretar las medidas de desescalamiento del conflicto» que estaban «analizando».

En su declaración, «Pastor Alape», negociador de las FARC, aseveró que es necesario «salir de esta turbulencia para entregarle al pueblo colombiano un horizonte diáfano», que les «permita transitar, libre de enredaderas, el camino hacia el acuerdo final» de paz.

 

Gonzalo Domínguez Loeda

 

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