La polémica y popular aplicación para móviles inteligentes, que conecta a sus usuarios con conductores particulares, acaba de lanzar UberEats, un servicio de entrega de comida a domicilio en el corazón de Toronto. Los planes de expansión de Uber provocan que una flota de taxistas bloquee las inmediaciones del Ayuntamiento.
Creada en marzo de 2009 y con sede en San Francisco (California), la compañía Uber ha revolucionado el sistema de transportes con una idea genial: establecer un punto de unión entre aquellas personas que deseen moverse por su ciudad a bajo coste y sin preocuparse de la propina y aquellas otras personas que quieran ganarse un buen dinero transportándolas. La iniciativa ha calado, y hondo, en las principales ciudades de todo el mundo, hasta el punto que algunas fuentes estiman que a finales de 2015 habrá movido cerca de 10 billones dólares.
Los tentáculos de Uber alcanzaron la provincia de Ontario en 2012 y desde entonces ha sido motivo de controversia en varios sectores, especialmente entre los taxistas, que no sólo ven cómo las tarifas ofrecidas por la aplicación son mucho más asequibles que las suyas sino que se lamentan de que los vehículos que operan en su nombre lo hagan sin licencia. Además, algunos dudan de la seguridad que Uber pueda ofrecer a sus pasajeros y de si los autos cumplen con las condiciones mínimas requeridas. Si bien es cierto que la compañía opera actualmente en ciudades como Edmonton, Ottawa, Montreal, Quebec City y Halifax, no está de más añadir que Vancouver y Calgary han logrado retirar (ni que sea temporalmente) los autos Uber de sus calles. De hecho, la ciudad de Toronto ha pedido una orden judicial para que el gigante tecnológico cese sus actividades, alegando que atenta contra la seguridad pública y que encima lo hace sin los permisos necesarios, es decir, que lo considera un medio de transporte ilegal. Está previsto que la vista ante el juez de la Corte Superior de Ontario se inicie el próximo 1 de junio.
Sin embargo, los responsables de Uber no sólo no han proseguido circulando por la urbe sino que han ampliado su oferta de servicios. El pasado 14 de mayo pusieron en marcha UberEats, una función que permite a los usuarios ordenar su comida preferida sin tener que levantarse del sofá de sus casas. Dicha opción lleva un tiempo implementada en Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Barcelona. La respuesta de los taxistas de Toronto fue inmediata: aparcaron sus vehículos ante las puertas del Ayuntamiento para hacer pública y notoria su disconformidad.
Por: Marc Servitje
