Medellín, una ciudad colombiana que alguna vez fue el epicentro de una brutal guerra entre el gobierno, cárteles de drogas y grupos armados, ha experimentado una caída significativa en la violencia, atrayendo a alrededor de 1.4 millones de turistas el año pasado. Sin embargo, este auge turístico ha expuesto a la ciudad a una serie de desafíos oscuros que incluyen un preocupante aumento en el tráfico sexual y asesinatos de turistas y mujeres colombianas.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, expresó su preocupación al afirmar que «esta zona se ha salido de control». El turismo sexual y de drogas ya era un problema persistente en la ciudad, pero la situación ha alcanzado niveles críticos, especialmente hacia finales del año pasado.
Entre noviembre y diciembre de 2023, ocho hombres estadounidenses fueron asesinados, muchos de ellos después de conocer a mujeres locales a través de aplicaciones de citas. Estos crímenes han llevado a la embajada de Estados Unidos en Bogotá a advertir a los turistas sobre el riesgo de ser drogados y asaltados, aconsejándoles que eviten el uso de aplicaciones de citas.
La fiscal principal de Medellín, Yiri Milena Amado Sánchez, detalla que los asesinatos siguen un patrón común: los turistas contactan a mujeres locales a través de redes sociales o aplicaciones de citas, se les da bebidas con sustancias como escopolamina, y luego son robados y, en algunos casos, asesinados.
A pesar de estos desafíos, muchos turistas siguen siendo atraídos por la vibrante cultura, la belleza natural del valle y la historia complicada de la ciudad. Sin embargo, Medellín se encuentra en una encrucijada crítica, enfrentando retos urgentes relacionados con la seguridad y la explotación sexual en medio de su creciente popularidad como destino turístico.