La Casa Blanca informo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva que da luz verde a la aplicación de sanciones contra Irán, como parte de los esfuerzos por impedir que Teherán desarrolle armas nucleares.

La orden ejecutiva aprueba el marco para la puesta en marcha de las sanciones contra Irán incluidas en una ley que Obama promulgó el pasado 10 de agosto, explicó en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), Tommy Vietor.

Esa ley federal, a su vez, amplía el programa de sanciones de 1996 contra Irán y extiende significativamente el impacto extraterritorial de las sanciones estadounidenses.

Entre otros elementos, la legislación autoriza sanciones adicionales por actividades relacionadas con los sectores financiero y de energía de Irán, la proliferación de armas de destrucción masiva, el apoyo al terrorismo, y actos relacionados con abusos a los derechos humanos por parte de Irán y Siria, apuntó Vietor.

“La aplicación de robustas sanciones internacionales lideradas por EE.UU., debido al continuo incumplimiento de Irán en materia nuclear, sumado a la mala gestión económica del Gobierno iraní, que da prioridad a su programa nuclear ilícito por encima de las necesidades básicas del pueblo iraní, han creado una presión sin precedente sobre la economía de Irán”, explicó Vietor.

“Le incumbe a Irán cumplir con sus obligaciones internacionales respecto a su programa nuclear. Si el Gobierno iraní continúa en desafío, no debe haber duda de que Estados Unidos y nuestros socios continuaremos intensificando las sanciones e imponiendo mayores consecuencias”, puntualizó el portavoz del NSC.

Entre sus 19 disposiciones, la orden ejecutiva prohíbe que las instituciones financieras de Estados Unidos otorguen préstamos o créditos a las personas y entidades afectadas por las sanciones; también redoblar las sanciones existentes para impedir la venta de petróleo iraní, y penaliza la adquisición de productos petroquímicos.

Las sanciones son aplicables a aquellos individuos y entidades que ofrezcan apoyo material a la Compañía Nacional Petrolera Iraní, la empresa Naftiran Intertrade Company y el Banco Central Iraní, entre otros.

El paracaidísta Felix Baumgartner se encontraba listo para subir en una cápsula situada a más de 36.000 metros de altura. Y Luego, se lanzará en caída libre. Se esperaba que marquera  una velocidad de 1.110 kilómetros por hora. Y asi Romper la barrera del sonido fuera de una aeronave. Pero por sircusatancias del tiempo la maniobra fue cancelada.

El salto del paracaidista,Felix Baumgarther, de 43 años, se posterga debido a que los organizadores aguardan que cambie la dirección del viento, según publicó la compania «Red Bull Stratos», que impulsa el proyecto, el austríaco luce hoy su traje presurizado y sube en una cápsula situada bajo el mayor globo tripulado que jamás se haya lanzado. Mira aquí el evento evento en directo.

Su equipo técnico liberará la plataforma, cuando alcance una altura de más de 36 kilómetros (36.576 metros de altura) sobre la superficie de Roswell, en la ciudad norteamericana de Nuevo México. Una vez allí, comenzará la caída libre: se espera que marque una velocidad de 1.110 kilómetros por hora en 40 segundos. Con esto, el deportista extremo quiere batir, potencialmente, el récord de altura en salto en paracaídas y será la primera persona en romper los 1234, 8 kilómetros por hora, de la barrera del sonido, fuera de una aeronave.

La preparación del deportista no es sólo una sensación mental: el aventurero, también conocido como «Felix sin miedo», lleva toda su vida entrenando para este día. El hombre nacido en Salzburgo, en abril de 1969, fue inspirado por los astronautas que veía en televisión y soñaba con lanzarse en caída libre y volar en helicópteros. Su primer salto lo hizo a los 16 años y mejoró sus habilidades con paracaídas, como miembro del equipo de fuerzas especiales del Ejército de su país.

Con esta enorme aventura, Baumgartner busca vencer las marcas establecidas hace 52 años por el coronel norteamericano, Joe Kittinger. La cápsula que utilizará, que con 1.315 kilos pesa más o menos lo mismo que un auto mediano, sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente en un ensayo, en julio, desde una altitud de 29.610 metros.

Uno de los objetivos principales del proyecto de Red Bull consiste en recoger datos científicos que, en última instancia, ayuden a mejorar la seguridad de los viajes espaciales. El austríaco se intentará batir hasta cuatro records: mayor velocidad en caída libre, salto de mayor altitud, vuelo en globo tripulado de mayor altitud y caída libre más larga de la historia.