Tom Brady entró en la historia de la NFL después de la conquista de su sexto anillo de campeón gracias a la victoria en la 53 edición de la Super Bowl de New England Patriots por 13-3 ante Los Angeles Rams tras un partido marcado por las defensas y decidido por un momento de lucidez del estelar ‘quarterback’ en el último y definitivo cuarto.
El Mercedes-Benz Stadium de Atlanta fue testigo de un nuevo éxito de la pareja Bill Belichik-Tom Brady. En la Super Bowl de peor anotación de la historia, empeorando los 21 puntos totales de 1973 entre los Dolphins y los Redskins (14-7) y con el único ‘touchdown’ después de casi una hora de partido, el californiano, de 41 años y sin atisbo de retirada, se consagró como seguramente el mejor jugador de la NFL, pese a que no firmó un partido espectacular.
Y es que ni Brady ni el joven Jared Goff, al que por momentos le pareció pesar el escenario, mostraron su mejor nivel, pero al veterano mariscal de campo de los Patriotas se le vio siempre algo más cómodo y encontrando en el momento clave a sus mejores ‘amigos’ de casi siempre como Julian Edelman, ‘MVP’ tras sus 10 recepciones y 141 yardas, y Rob Gronkowski, aunque la anotación definitiva fue para el ‘rookie’ Sony Michel.
El ‘quarterback’ de los Rams, en cambio, no le cogió el tono al partido casi nunca y solo tras el descanso pareció despertar, momento en el que llegó una inoportuna interceptación que finiquitó a los de un Sean McVay, que no pudo convertirse en el técnico más joven en ganar una Super Bowl, superado también por un Bill Belichik que controló muy bien el ataque rival, mermado por el flojo partido de Todd Gurley II, posiblemente lejos de su mejor nivel físico.
Los dos equipos prometían una Super Bowl apasionante y de alto nivel ofensivo, pero, sin embargo, las respectivas defensas se encargaron de que no fue así ya desde el primer ‘drive’ y la única celebración, aparte de placajes, el pase interceptado a Brady o el ‘sack’ sobre este, fue el ‘field goal de Stephen Gostkowski, que había fallado anteriormente uno en el primer cuarto, para poner el 3-0 en el segundo, resultado con el que se llegó al descanso.
Ni Brady ni Goff encontraban la clave, ni siquiera para atisbar una opción de ‘touchdown’. Los Patriots estaban más sueltos en ataque y su mejor arma era la conexión entre su ‘quarterback’ y Edelman, pero los Rams minimizaron siempre ese daño. La mejor noticia para McVay era que la enorme diferencia en yardas sumadas no se había traducido en un daño mayor en el marcador antes de volver a vestuarios con el de menor tanteo en este partido desde el 2-0 a favor de los Steelers ante los Vikings en 1975.
Nada cambió tras el descanso y el ‘show’ de Maroon 5. Brady y Edelman seguían entendiéndose, pero siempre lejos de la ‘end zone’ de unos Rams, donde Gurley intentaba asumir más protagonismo. Además, la paulatina mejoría de Goff les permitió empatar gracias a un ‘field goal’ de Zuerlein después de una posesión en la que Jason McCourty evitó el ‘touchdown’ de Brandin Cooks.
Con empate y sin ‘touchdowns’, por primera vez en la historia, tras tres cuartos, se entró en los últimos 15 minutos. Los Angeles no acertaron en su primera posesión por culpa de una inoportuna penalización y el siguiente ‘drive’ de Brady les alejó del Vince Lombardi. El ’12’ conectó con Gronkowski y con Edelman, y un tercer pase sobre el tight end les dejó por fin rozando la ‘end zone’. Sony Michel no perdonó y los Patriots se pusieron 10-3 a falta de siete minutos.
Quedaba tiempo y la presión no pareció afectar entonces a Goff. El joven ‘quarterback’ diseñó un buen ataque, rozó de nuevo el ‘TD’, pero en un nuevo intento se topó con la interceptación de Gilmore. New England, apoyado en Michel y Burkhead, logró ganar las yardas necesarias y sentenció con otro ‘FG’ de Gostkowski para alcanzar en el palmarés a los Steelers, aunque sus seis anillos han sido en los últimos 17 años, muestra de ser posiblemente la gran dinastía del fútbol americano estadounidense.