Christina Crooks y Juliana Pannunzio fueron ignoradas. Nadie llamó al 911, nadie las llevó al hospital, nadie se molestó en consolarlas en su angustia; completamente solas mientras sus jóvenes vidas se desvanecían.
Los policías afirma que recibieron una llamada al 911 alrededor de las 4:15 a.m. del martes sobre un posible incidente con arma de fuego en 4197 Niagara Pkwy, fuera de Fort Erie.
Cuando llegaron los agentes, encontraron los cuerpos de dos mujeres jóvenes. Sus supuestos amigos y conocidos las habían dejado allí solas para morir. Hasta ahora, no parece que nadie se haya molestado en pedir ayuda.
El jueves por la noche, la Policía Regional de Niágara finalmente los identificó como Christina Crooks, de 18 años, de Toronto, y Juliana Pannunzio, de 20, de Windsor, cuya página de Facebook dice que es una estudiante de St. Clair College. Ambas habían recibido un disparo.
La mejor amiga de Pannunzio, Kelly Gallacher, la describió en una página de GoFundMe como «un ángel dulce y un alma amable».
“Amaba a todos y siempre quiso que todos fueran felices. Ella nunca dejó de hacerme reír y vivirá para siempre ”, escribió Gallacher, agregando que su familia está devastada.
Los residentes dijeron a los medios locales que el chalet frente al lago había sido durante mucho tiempo un problema con los alborotadores forasteros que bebían y tocaban música hasta altas horas de la madrugada. Entonces, tal vez era tristemente inevitable que la tragedia estuviera rondando entre bastidores.
Los detectives de homicidios han sido herméticos, pero no se necesita mucho para leer entre líneas y comenzar a hacer preguntas.
