En términos de quesos, Canadá es la Corea del Norte de los productos lácteos, con una férrea frontera que solo deja pasar con cuentagotas la leche cuajada extranjera pero en donde, a pesar de todo, los quesos españoles están de moda.
En 2012, las autoridades canadienses desmantelaron una rentable red de contrabandistas con el arresto de tres individuos que traían productos ilegales de Estados Unidos a Canadá. ¿Su delito? El contrabando de «mozzarella» para su venta en restaurantes canadienses.
La recompensa económica de este tráfico de productos lácteos era tan exorbitante que el queso «mozzarella» era llamado el «oro blanco».
Y es que Canadá impone tarifas aduaneras de hasta un 300 %, y cuotas regionales, a las importaciones de quesos. No solo de quesos, sino también al resto de productos lácteos como mantequilla o yogur. La cerrazón de Canadá es paradójica dado que es un país que se precia de ser el campeón mundial del libre comercio.
Pero poco a poco, el muro proteccionista impuesto por Ottawa en torno a su sector lechero se está resquebrajando y la prevista entrada en vigor a finales de 2016 del tratado de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea, conocido como CETA, abrirá un boquete de considerables dimensiones.
Es por ello, por lo que España está promocionando sus quesos e intenta aprovechar el creciente tirón de los quesos españoles en Canadá para adelantarse a la apertura del mercado en cuanto el CETA entre en vigor.
De momento, antes de que CETA sea una realidad, los quesos españoles han experimentado un gran crecimiento en los últimos meses.
«Los quesos están creciendo en estos momentos a tasas importantes. En el 2014 crecieron un 50 % y en nuestros primeros meses del año ya han crecido un 30 %», declaró a Efe la delegada comercial de España en Toronto, María Gorriti, durante un acto promocional de quesos españoles celebrado el lunes en Toronto.
Aunque la cifra en dólares es relativamente pequeña, el valor de las exportaciones de queso español a Canadá en 2014 fue algo más de 2 millones de dólares, y el mercado canadiense ofrece un gran potencial.
«Ahora es el momento de entrar en el mercado canadiense porque en cuanto entre en vigor el CETA, que se espera a finales del 2016, se va a duplicar la cuota para los quesos europeos», añadió.
La gran ventaja de los quesos españoles en Canadá es que muchos son producidos con leche de oveja y cabra, que son prácticamente desconocidas en el país norteamericano. El otro punto a favor, es la tradición y esmero de los productos españoles.
Pero en su fortaleza también radica su debilidad: el consumidor canadiense, en su mayor parte, nunca ha probado quesos que no hayan sido producidos con leche de vaca.
Para Martin Kouprie, chef y copropietario de Pangaea, uno de los restaurantes de más renombre de Toronto, no hay ningún error.
«Los quesos de España están de moda. He hablado con varios importadores y, según llegan, se venden con gran rapidez. Toronto es una gran compradora de queso español. Pero también hay ciudades como Calgary, que parece ser ahora mismo un punto de gran demanda. Lo que está pasando es que están de moda», explicó.
Kouprie es un apasionado del queso. De hecho, en su restaurante prepara sus propios quesos de distintas variedades a los que ha dado nombres de la geografía de Toronto.
«Somos una cultura joven y curiosa. Y esa curiosidad nos llevó a los quesos de España. Y nos inspira mucho porque parecen estar haciendo algo que es tan correcto y adecuado. Los ingredientes son puros. Los métodos son puros. Y el producto habla por si mismo», dijo.
Frente a medio centenar de periodistas gastronómicos, cocineros de otros restaurantes de Toronto y representantes de establecimientos comerciales, Kouprie demuestra delante de los fogones qué se puede hacer con los quesos españoles en platos bien conocidos por los canadienses como el «risotto» italiano.
«El queso de España sobresale por una serie de razones. En primer lugar por el uso de leche de oveja, una leche más rica, que produce casi un queso de estilo translúcido, que es único y que no se encuentra en muchas otras culturas o países. Los clientes siempre lo aprecian», declaró.
Otro convencido de las cualidades del queso español es Gurth Pretty, representante de la mayor cadena de supermercados de Canadá, Loblaw, que vende quesos españoles en varias de sus tiendas de la gama alta en Toronto y Ottawa.
«El desafío es que muchos consumidores canadienses no conocen el queso de oveja. Tenemos que estar educándoles constantemente para mostrarles los beneficios y lo delicioso de los quesos de oveja y cabra», explicó Pretty.
Pero Pretty está convencido del futuro del queso español en Canadá.
«Los quesos españoles creo que tienen un gran potencial para más crecimiento en el mercado canadiense. La cuestión es que haya más consumidores probándolos. Porque probarlos es creer», remachó.
Julio César Rivas / Toronto (Canadá), 2 jun (EFE).-
