Inicio Canada Indígenas canadienses sobrevivientes de abusos merecen más que un perdón del Papa

Indígenas canadienses sobrevivientes de abusos merecen más que un perdón del Papa

41
0
Indígenas canadienses sobrevivientes de abusos merecen más que un perdón del Papa
Indígenas canadienses sobrevivientes de abusos merecen más que un perdón del Papa.

La visita del Papa Francisco a Canadá, en una gira que durará  seis días, por varias provincias del país, más que un “Pilgrimage of Penance, su nombre oficial en inglés, (Peregrinación de penitencia), que se planteó la Iglesia Católica, como un mecanismo para buscar el perdón de los sobrevivientes de las más de 130  escuelas residenciales, que funcionaron entre 1847 y 1996, en varias provincias del país, y  donde miles de niños indígenas sufrieron de abusos, maltratos y muertes, merecen que se les haga justicia y se responsabilicen a los involucradas en el caso.

El recorrido del Papa por Canadá incluye una visita a la antigua Escuela Residencial Ermineskin en Maskwacis, localizada al sur de Edmonton, capital de Alberta, donde se reunirá con sobrevivientes de la escuela, para luego reunirse con miembros de la Iglesia del Sagrado Corazón de los Primeros Pueblos de la provincia.

El eslogan de este viaje del Papa es “Walking Together” (Caminando Juntos),  y el logotipo del mismo fue creado por el artista gráfico indígena Shaun Vincent, quien incorpora imágenes nativas y diseños mestizos e inuit, con símbolos de la Iglesia católica.

La mejor compañía líder en la instalación de aires acondicionados y calefacción de London
La compañía líder en la instalación de aires acondicionados y calefacción de London .

El ambiente de la visita es sombrío y solemne, muy diferente de visitas papales pasadas. El Papa, en esta oportunidad,  se enfrenta ante una comunidad, con una parte histórica muy triste y aterradora, que pide que se reconozcan las fallas que tuvo la Iglesia en su momento y que no fueron reconocidas públicamente.

Cabe recordar que el hallazgo de los restos de 215 niños, en 2021, que eran estudiantes de la escuela Kamloops Indian Residential School, que forma parte del sistema de escuelas residenciales indias canadienses, ubicada en Kamloops, Columbia Británica, puso de nuevo  en el foco, los casos de abusos cometidos en estas instituciones. 

Se calcula que cerca de 150 mil niños indígenas canadienses, sufrieron toda clase de abusos y maltratos por parte de los funcionarios religiosos y por el personal administrativo que manejaban las escuelas, quienes pretendían cambiar las lenguas y la cultura de los niños y padres, que eran amenazados con la cárcel si se negaban hacerlo.

Un informe de la Comisión para la verdad y Reconciliación de Canadá  (CVRC) estimó que unos 6 mil niños habían muerto mientras estaban en estos recintos y muchos otros fueron enterrados en tumbas sin nombres. 

En 2008 Canadá expresó una disculpa formal, mientras que personal de muchas de las escuelas no se disculparon por los hechos cometidos durante 135 años. 

Los niños indígenas, muchos de los cuales son adultos actualmente, sufrieron muchos traumas inimaginables, que no se curan solo con el pasar de los años o con un simple perdón. Estos hechos deben ser tomados como un acto sincero de justicia, para la paz y la tranquilidad de las víctimas y de sus familiares. 

Tampoco debe verse, ni mucho menos  tratarse con ligereza, ni como un caso más donde están involucrados miembros de la Iglesia católica, que le han fallado a los feligreses y que ocultan sus crímenes bajo la consigna del perdón.

Sin ánimos de “ponerle el cascabel al gato”, ni en este caso, ni en ningún otro en particular, no debe ser visto como algo “natural”, propio de la naturaleza humana caída, donde ha fallado el hombre, el representante de la Iglesia. La lista de casos es extensa y, si se sigue investigando, se sumarán muchas más “negligencias” donde no se le da respuestas concretas a los afectados.

Como creyentes, los humanos apelan a la Ley de Dios cuando la terrenal falla. Sin embargo, en este caso en concreto, existen pruebas de más de 100 años, donde no fue una “desidia” por parte de los acusados, sino crímenes cometidos durante casi dos siglos, sin que se hayan tomados los correctivos en los casos.

No sólo es deplorar la conducta de los miembros de la Iglesia involucrados en el caso de las escuelas residenciales de Canadá; es aplicar justicia, hacer que se cumplan las leyes que castigan estos hechos abominables. Pueden haber pasado muchos años, pero este tipo de crímenes no deben prescribir.

Las instituciones involucradas, como los autores, deben hacerse responsables de sus hechos, para luego, como parte del plan redentor, diseminar la semilla del perdón, que a muchos les costará  hacerlo por años, mientras que a otros, con más resiliencia, podrán lograrlo más rápido. 

A pesar de que las Naciones Originarias  y el Primer Ministro de Canadá, Justin Tradeau, desde hace varios años, han solicitado una disculpa pública por parte de la Iglesia, los indígenas merecen más que una disculpa, a pesar de que están colocando la segunda mejilla para tal perdón, porque con esta vista del Papa, volverán abrir las heridas que aún no cierran y que todavía duelen, y mucho.

Además de la disculpa pública, la visita Papal incluye talleres y liturgias especiales destinadas a ayudar a los afectados por las escuelas residenciales. Así como también círculos de escucha, un día nacional de oración y programas como el Returning to Spirit, financiados por la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here