Pero como se espera que el pedido para quedarse en casa se levante gradualmente en Ontario durante las próximas dos semanas, a Furness le preocupa que las variantes de COVID-19, incluidas las cepas identificadas por primera vez en Brasil, Sudáfrica y el Reino Unido, sean difíciles de frenar.

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Los funcionarios de salud de Ontario han descubierto hasta ahora 228 casos de la variante del Reino Unido y tres casos de la variante sudafricana, también conocida como B.1.351.

Furness señaló el brote mortal de COVID-19 en Roberta Place, una casa de retiro en Barrie – Ontario, donde la variante B.1.1.7 se propagó rápidamente a través de la instalación, como evidencia de cuán peligrosa puede ser la cepa.

Añadió que le preocupa que las medidas de salud pública que está tomando Ontario ahora no sean suficientes si las variantes de COVID-19 se convierten en las cepas dominantes en la provincia.

Según los datos de modelos provinciales publicados a fines de enero, se espera que la cepa de COVID-19 del Reino Unido se convierta en la fuente dominante de infección en marzo en Ontario.

Furness dijo que cree que en algún momento alrededor de abril, el número de casos de Ontario aumentará lo suficiente como para que la provincia tenga que cerrar las escuelas. Pero no todo es tan malo, declaró que el verano podría ser mejor para los habitantes de Ontario.

Furness dijo que cree que la gravedad de una posible tercera ola podría disminuir si Ontario toma más medidas preventivas como aumentar la vigilancia de COVID-19 y completar las pruebas generalizadas de los estudiantes.