Las autoridades turcas detuvieron a más de 2.000 personas durante la última semana por presuntos vínculos con grupos militantes o con el fracasado intento de golpe del año pasado, dijo el lunes el Ministerio del Interior.
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Turquía, que se enfrenta a múltiples amenazas a la seguridad, incluyendo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el ISIS, también ha ampliado la represión contra los presuntos partidarios del intento de golpe de Estado de julio.
En una declaración, el Ministerio del Interior dijo que 2.063 personas habían sido detenidas para ser interrogadas la semana pasada. Un total de 999 de ellos eran sospechosos de vínculos con el PKK que busca la autonomía, que ha llevado a cabo una insurgencia de tres décadas contra el gobierno y es considerado una organización terrorista por Estados Unidos, Turquía y Europa.
Otros 966 fueron detenidos por presuntos lazos con el clérigo musulmán estadounidense Fethullah Gulen, a quien Ankara culpa por orquestar un intento de golpe en julio. Gulen niega cualquier implicación y ha condenado el golpe.
Setenta personas fueron detenidas por presuntos vínculos con ISIS, mientras que otras 28 fueron retenidas por presuntos vínculos con «grupos terroristas de izquierda», dijo el ministerio.
El ministerio también dijo que 24 militantes habían sido «neutralizados» en operaciones durante la semana pasada, y de esos, 13 muertos. No dio más detalles.
Después del golpe del 15 de julio, Turquía ha arrestado a más de 40.000 personas y ha despedido o suspendido a más de 100.000 militares, funcionarios y el sector privado.
