El Congreso de Pueblos Aborígenes anunció que el caso de Tire Nichols, un hombre negro que murió luego de ser brutalmente golpeado por la policía a principios de este mes en Memphis, Tennessee, es un recordatorio de la violencia policial sistémica tanto en Estados Unidos como en Canadá.
Kim Beaudin, vicepresidente nacional de la organización, señaló que el reconocimiento policial de las irregularidades contra los grupos indígenas, negros y otros grupos racializados debería comenzar con disculpas hacia ellos.
La policía también debe adoptar una capacitación cultural significativa y obligatoria para terminar con el racismo entre sus oficiales y debe equiparlos con cámaras corporales para garantizar niveles más altos de transparencia y responsabilidad, dijo.
“Es absolutamente imperativo que tengamos responsabilidad y transparencia entre nuestras fuerzas policiales en Canadá, ya sea la RCMP o las diferentes fuerzas policiales municipales”, explicó Beaudin en una entrevista.
Las imágenes publicadas de la interacción entre Nichols y la policía muestran a los oficiales sujetándolo y golpeándolo repetidamente mientras gritaba llamando a su madre. Nichols murió tres días después del enfrentamiento del 7 de enero. Los oficiales, todos negros, fueron acusados de asesinato y otros delitos.
Varias fuerzas policiales en Canadá, incluidas las de Toronto, Ottawa y Regina, condenaron lo que le sucedió a Nichols y aseguraron que los agentes involucrados deben rendir cuentas.
La Asociación de Jefes de Policía de Ontario calificó las circunstancias de la muerte de Nichols como «horrorosas y muy perturbadoras» y ofreció sus condolencias a sus seres queridos.
Beaudin agregó que las fuerzas policiales canadienses deben reconocer sus propias fechorías y responsabilizar a sus oficiales mientras piden a la policía estadounidense que haga lo mismo.
El jefe de policía de Toronto se disculpó el año pasado con los residentes negros de la ciudad cuando la fuerza publicó datos raciales nunca antes vistos que mostraban un uso desproporcionado de la fuerza sobre ellos. El gesto fue rechazado por algunos que señalaron que los negros habían pedido durante años que la policía dejara de tratarlos injustamente.
