Las familias de marineros mexicanos desaparecidos desde que el huracán Otis devastó el mes pasado el balneario de Acapulco están pidiendo más ayuda en la búsqueda de sus seres queridos, frustradas por la falta de progreso y asistencia del gobierno.
El huracán Otis, que azotó Acapulco en las primeras horas del 25 de octubre, fue la tormenta más poderosa jamás registrada en azotar la costa del Pacífico de México, matando al menos a 48 personas y destruyendo miles de hogares en la ciudad de casi 900.000 habitantes.
Las autoridades dicen que otras 28 personas están desaparecidas, pero las familias de los marineros dicen que el número probablemente sea mucho mayor. En Acapulco, muchos marineros se subieron a sus barcos amarrados para llevarlos a lo que creían que eran partes más seguras de la bahía a medida que se acercaban las tormentas.
Pero fueron sorprendidos por la ferocidad de Otis, que inesperadamente se convirtió en una tormenta de categoría 5 antes de tocar tierra, arrasando la bahía y destruyendo cientos de barcos.
«Las autoridades han minimizado mucho la situación de nuestros desaparecidos y nuestros muertos», indicó Yesenia Soriano, cuyo marido desaparecido era un marinero retirado de la Armada de México.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha negado enérgicamente informes no confirmados de los medios que sugieren que más de 300 personas pueden haber muerto debido a Otis, y dice que su gobierno está invirtiendo «como nunca antes» para que Acapulco se recupere.
