Trece años después del rescate, 31 de los 33 mineros que en 2010 quedaron atrapados durante 69 días a más de 700 metros de profundidad en la mina San José ganaron el juicio al Estado de Chile, que les deberá pagar una indemnización de 1,4 millones de dólares.
Según informaron medios chilenos, la extensa «batalla legal» terminó luego de que la Corte Suprema rechazara un recurso de casación presentado por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) que buscaba tumbar una sentencia que condenaba al fisco chileno por «haber faltado a su deber de protección, actuando con neligencia» y ocasionando «daño moral y psicológico» a los afectados.
Durante el proceso, los mineros argumentaron que «hubo una falta de servicio» por parte de algunas instituciones estatales como el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la Secretaría Regional ministerial de Salud y la Dirección del Trabajo, según recogen medios chilenos.
Ahora, cada uno de los 31 demandantes recibirá alrededor de 48.000 dólares (más de 190 millones de pesos colombianos) por parte del Estado de Chile.
El derrumbe de la mina San José, un viejo yacimiento en el norte de Chile, ocurrido el 5 de agosto de 2010, tuvo en vilo a todo el mundo: los 33 hombres fueron sacados sanos y salvos de las entrañas de la tierra en un rescate faraónico, que despertó el orgullo de todo un país y fue seguido en internet por más de mil millones de personas.
El desafío del rescate era descomunal: la única vía de acceso a la vieja mina San José, a 830 kilómetros al norte de Santiago, había sido bloqueada por una roca de 200 metros de alto, y en la hazaña llegó a participar la NASA.
El desastre de Atacama, la región donde tuvo lugar, fue producto de un cóctel de negligencias por parte de la empresa dueña del yacimiento, que salió absuelta en el proceso, y de una falta de fiscalización de las autoridades, que para 2010 solo realizaron 2.400 controles en todo Chile, el principal productor de cobre del mundo.
Los mineros se convirtieron en una suerte de héroes nacionales por su resiliencia y su trabajo en equipo y viajaron por todo el mundo contando su hazaña, pero durante los años posteriores denunciaron abandono y secuelas psicológicas.
Con la reciente decisión de la Corte Suprema de Chile se cierra el capítulo legal de este suceso que marcó la historia de 33 familias y de todo un país.
