Un avión de vigilancia de las Fuerzas Armadas de Canadá regresó a casa el martes después de dos vuelos de inteligencia sobre Haití.
El regreso del CP-140 Aurora se produjo después de que el gobierno liberal anunciara el sábado que el avión se desplegaría para recopilar información de inteligencia sobre la actividad de las pandillas en Haití.
La ministra de Defensa, Anita Anand, y la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, también describieron el despliegue en ese momento como una demostración del compromiso de Canadá con Haití, que ha sido azotado por una serie de crisis.
Pandillas violentas y enfrentadas se han apoderado de la capital haitiana de Port-au-Prince desde el verano pasado. Un informe de las Naciones Unidas en octubre pasado indicó que las pandillas están agrediendo sexualmente a mujeres y niños, además de restringir el acceso a la atención médica, la electricidad y el agua potable.
Según los informes, las pandillas han asesinado y secuestrado a cientos, mientras llenan un vacío de poder en un país dirigido por políticos cuyos mandatos han expirado. No se han celebrado elecciones desde antes de la pandemia de COVID-19.
El portavoz militar, el capitán Graeme Scott, explicó el martes que el avión de vigilancia de largo alcance fue originalmente asignado a una misión antinarcóticos encabezada por Estados Unidos en el Caribe antes de recibir la tarea de realizar dos vuelos sobre Haití durante dos días.
No quedó claro de inmediato cómo se utilizará la información, aunque el primer ministro no electo de Haití, Ariel Henry, solicitó una intervención militar extranjera, que Washington dice que Canadá debería liderar.
La idea ha resultado divisiva entre los haitianos y, en cambio, Canadá ha buscado un consenso político en el país, que incluye sancionar a más de una docena de miembros de las élites políticas y económicas del país, acusándolos de envalentonar a las pandillas.
