El primero de los dos juicios relacionados con el robo de oro multimillonario ocurrido en el Aeropuerto Internacional Pearson de Toronto el año pasado está previsto que comience en septiembre en un tribunal de Pensilvania, pero dos de los acusados todavía están en Canadá.
Archit Grover y Prasath Paramalingam, quienes fueron acusados del robo de oro en 2023 de una instalación de carga de Air Canada, también están acusados de ser parte de una red de contrabando de armas de fuego con otro sospechoso de robo de oro.
¿Cuáles son los cargos en Estados Unidos?
En septiembre de 2023, la policía estatal de Pensilvania detuvo a Durante King-McLean en el condado de Franklin después de que, según afirman, cometió varias infracciones de tráfico. Los documentos del gran jurado enumeran 65 armas de fuego que supuestamente se encontraron en su vehículo. La policía dice que esas armas de fuego estaban destinadas a Canadá.
King-McLean también es el hombre que, según la policía regional de Peel, estaba al volante de una camioneta blanca que huyó con más de 20 millones de dólares en oro y moneda extranjera de las instalaciones de carga de Air Canada meses antes, en abril.
El canadiense, que se encontraba ilegalmente en Estados Unidos, se encuentra detenido allí desde su arresto y se ha declarado inocente de seis cargos muy graves relacionados con armas de fuego.
Una mujer de Florida también será juzgada junto con King-McLean como cómplice después del hecho. Ella no enfrenta cargos en Canadá relacionados con el robo de oro.
Paramalingam está acusado de ayudar a King-McLean a ingresar a Estados Unidos, traficar armas de fuego, conseguir dinero para el plan y organizar un Airbnb en Florida.
Se alega que Grover fue cómplice del crimen.
¿Cómo se relaciona este caso con el robo del oro?
Cuando la policía de la región de Peel, al oeste de Toronto, anunció los arrestos en abril en una conferencia de prensa conjunta con las autoridades estadounidenses, alegó que algunos de los beneficios del robo de oro fueron utilizados por algunos de los acusados para comprar armas de fuego en Estados Unidos con la intención de contrabandearlas a través de la frontera y venderlas en Canadá.
Según los documentos del gran jurado estadounidense, Paramalingam cambió una gran suma de moneda canadiense a dólares estadounidenses un mes después del robo y la entregó personalmente a King-McLean al sur de la frontera.
En un comunicado de prensa inicial sobre los arrestos , el Departamento de Justicia de Estados Unidos alega que Paramalingam y otros habían estado involucrados en el plan de contrabando de armas a través de la frontera desde abril de 2023.
¿Podría Estados Unidos extraditar a los canadienses?
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha guardado silencio sobre sus planes para los dos acusados en Canadá y sobre si tiene la intención de presentar una solicitud de extradición, pero si quiere un juicio rápido, es poco probable que lo haga, dijo un experto legal.
«La extradición puede llevar mucho tiempo», dijo Robert Currie, profesor de derecho de la Universidad Dalhousie en Halifax, especializado en asuntos de extradición, y agregó que, en promedio, el proceso de extradición puede demorar entre 18 meses y tres años.
«Sobre todo si los individuos impugnan su extradición. Por eso imagino que lo que están haciendo los fiscales estadounidenses es seguir adelante con los procesos que tienen en marcha y esperar la extradición de los otros dos individuos», dijo Currie.
Leo Adler, abogado penalista de Toronto, quien ha representado a clientes en casos de extradición durante sus décadas de práctica, sugirió otra forma, aunque poco probable, de que esto suceda.
«El gobierno canadiense, lo cual no es inusual, podría simplemente retirar sus cargos para abrir la vía a la extradición», dijo. «Me parece que los estadounidenses están procediendo, y tienen derecho a hacerlo, con cualquiera que tengan en Estados Unidos».
Las autoridades estadounidenses podrían entonces esperar y ver qué sucede con el juicio canadiense antes de realizar solicitudes de extradición para los otros dos canadienses acusados en el caso, dijo Adler.
¿Cómo funciona la extradición?
El proceso de extradición canadiense consta de tres fases. En primer lugar, el Departamento de Justicia federal debe aprobar una solicitud de audiencia de extradición. Esta decisión suele emitirse en un plazo de 30 días, dependiendo de qué país esté involucrado y de si existe un tratado previo.
El proceso pasa entonces a una fase judicial ante un juez de un tribunal superior, que determina si los delitos alegados por el otro país cumplen los requisitos para ser procesados penalmente en Canadá. Si el juez está de acuerdo en que los cargos constituirían un delito penal en Canadá, el asunto se remite al ministro de justicia federal. Si el caso no cumple esos requisitos, la persona es puesta en libertad.
Si el ministro acepta la extradición, la persona debe ser entregada al otro país en un plazo de 45 días. La persona puede apelar la decisión, solicitar una revisión judicial e incluso llevar el asunto hasta la Corte Suprema de Canadá.
Generalmente, los funcionarios públicos no hacen comentarios sobre estos asuntos o incluso no confirman que están en marcha hasta que hay una decisión.
¿Qué pasará en el juicio en EE.UU. sin dos canadienses?
Lo primero que hay que considerar es si King-McLean llega a un acuerdo de culpabilidad antes de que comience el juicio en septiembre.
«Muchos casos estadounidenses se resuelven mediante acuerdos», afirmó Adler.
Dijo que King-McLean, quien enfrenta cargos por delitos graves con una larga pena de prisión, estaría fuertemente incentivado a llegar a un acuerdo para proporcionar evidencia contra los otros acusados o testificar en su contra.
Pero si el juicio continúa, las pruebas presentadas en el caso podrían usarse contra Archit Grover y Prasath Paramalingam en cualquier eventual juicio en Estados Unidos.
«Si los canadienses son condenados aquí, podrían ser enviados a Estados Unidos -siempre que la extradición tenga éxito- y ser sentenciados nuevamente allí por las armas. Es una especie de proceso de doble filo», dijo Adler.
La parte complicada para los fiscales de ambos lados de la frontera es garantizar que los dos presuntos delitos se juzguen por separado.
«Si son condenados por algo en un lado de la frontera, no pueden ser extraditados al otro país y juzgados nuevamente allí por eso o por algo muy, muy relacionado», dijo Currie de la Universidad de Dalhousie. «Hay jurisprudencia que sugiere que la Corona no siempre es lo suficientemente cuidadosa en ese aspecto».
Sin embargo, dado que los cargos por armas de fuego en Estados Unidos y los cargos por robo de oro en Canadá se anunciaron con 24 horas de diferencia, Currie dijo que cree que ha habido un esfuerzo transfronterizo para organizar y coordinar los procesos.
«Creo que podemos anticipar que la mayoría de los asuntos están en orden y que los fiscales y la policía que han estado trabajando en el caso tienen un plan sobre cómo avanzar», dijo.
¿Cómo podría el juicio estadounidense afectar el juicio canadiense?
Las pruebas presentadas en el juicio estadounidense o que surjan de cualquier acuerdo de culpabilidad podrían acabar utilizándose en el caso canadiense. Y resulta que algunas de las pruebas presentadas por las autoridades canadienses podrían presentarse en el juicio de Pensilvania.
«Cualquier evidencia que esté en manos de los fiscales estadounidenses puede muy bien terminar en manos de los fiscales canadienses, porque tenemos un tratado con Estados Unidos llamado Tratado de Asistencia Legal Mutua», dijo Currie.
«Hay una enorme cantidad de intercambio transfronterizo», afirmó Adler.
Eso incluye registros bancarios, y cualquier cosa encontrada a través de órdenes de allanamiento puede enviarse a los fiscales en Estados Unidos, y viceversa, dijo.
Esa evidencia podría muy bien afectar la forma en que algunos de los acusados en el robo de oro avanzan con su estrategia legal.
«Cualquier información sobre el robo de oro que salga a la luz en los juicios estadounidenses dará a los acusados en Canadá una idea de qué pruebas hay en su contra», dijo Currie.
Eso podría hacer que algunos de los acusados del robo de oro en este lado de la frontera estén más dispuestos a llegar a un acuerdo, dijo.
«Hay muchas piezas en movimiento en un caso como este, donde hay un aspecto transfronterizo, y esencialmente tienes a dos grupos de personas siendo juzgadas por el mismo rango de crímenes, pero en diferentes momentos», dijo Currie.
