Argentina inauguró el domingo la primera etapa de un gasoducto que llevará gas natural desde la formación Vaca Muerta, en el oeste de Argentina, hasta la provincia de Santa Fe a través de la provincia de Buenos Aires, una obra fundamental para revertir el importante déficit energético del país.
Vaca Muerta, una formación masiva de esquisto del tamaño de Bélgica ubicada en la Patagonia, se considera clave para impulsar los suministros de gas del país sudamericano y disminuir la necesidad de importaciones costosas. Posee la segunda reserva de gas no convencional a nivel mundial y la cuarta en petróleo.
El país, cuyas reservas de divisas del banco central se han reducido a niveles peligrosos, registró un déficit de $ 5 mil millones en la balanza comercial de energía en 2022 porque necesita importar energía durante los meses de mayor consumo.
La finalización de la primera etapa del gasoducto, que parte de la provincia de Neuquén y llega a la provincia de Buenos Aires, suma 11 millones de metros cúbicos de gas por día. Esta se duplicará cuando se instalen las plantas compresoras en Tratayen, en la provincia de Neuquén, y en Salliquelo, en la provincia de Buenos Aires.
La toma de posesión se produce cuando el gobernante partido peronista pretende aferrarse al poder en las próximas elecciones de octubre con el país tambaleándose por una inflación del 114%. El ministro de Economía, Sergio Massa, quien a menudo promociona los beneficios económicos del oleoducto, busca la presidencia en lo que los encuestadores predicen que será una carrera reñida.
El presidente de la energética estatal Energia Argentina, Agustín Gerez, expresó a la prensa tras el evento que la licitación del segundo tramo del gasoducto que llega a San Jerónimo en la provincia de Santa Fe se realizaría en septiembre y se espera que finalice entre marzo y abril de 2024. Esto incrementará la capacidad de transporte en 44 millones de metros cúbicos por día, una importante mejora que permitirá la importación de diésel y gas natural licuado (GNL).
Con el nuevo gasoducto en funcionamiento, el país espera llegar a cero neto en su balance energético en 2024 y lograr un superávit en 2025, según estimaciones oficiales.
