
Washington, 28 abr (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, subrayaron hoy su compromiso con el proyectado Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y descartaron que la profundización de la alianza bilateral, sobre todo en comercio y defensa, sea una provocación hacia China.
En una rueda de prensa conjunta desde la Casa Blanca, Obama subrayó que la alianza construida entre Estados Unidos y Japón tras la II Guerra Mundial ha sido «buena» para ambos países y para el mundo entero, y también «ha beneficiado» a China, que gracias a la paz y estabilidad en la región de Asia-Pacífico es hoy «un gigante económico».
«Damos la bienvenida a un ascenso pacífico de China», remarcó Obama, quien admitió, no obstante, que existen «tensiones reales» con Pekín, en particular por sus movimientos en el mar de la China meridional y por su disputa con Japón sobre la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku.
Al respecto, Obama dejó claro que el «compromiso» estadounidense con la «seguridad» de Japón contempla «todos los territorios» administrados por ese país, incluidas esas islas.
La comparecencia de Obama y Abe sirvió principalmente para constatar el compromiso común con el TPP y ambos destacaron los «progresos» hacia su conclusión, aunque no hubo, como ya se esperaba, ningún anuncio que permita dar por terminadas las negociaciones.
Japón y EE.UU. son las dos mayores economías de los 12 países que integran el TPP y han acercado posturas en la última ronda de negociaciones celebrada este mes, atenuando sus diferencias sobre el comercio de productos agrícolas y automóviles.
«Hay muchos automóviles japoneses en Estados Unidos. Quiero ver también más automóviles estadounidenses en Japón», ejemplificó Obama al aludir a uno de los obstáculos pendientes.
El TPP «ayudará a nivelar el campo de juego. Será bueno para los trabajadores de ambos países», subrayó también el mandatario, que enfrenta una dura oposición de influyentes congresistas de su partido por promover una legislación conocida como «fast track» (vía rápida) con el fin de allanar el camino para negociar ese y otros tratados comerciales.
Por su parte, Abe se mostró dispuesto a seguir trabajando con EE.UU. para un «pronto y exitoso» cierre del TPP, del que dijo que puede «convertirse en un modelo» para países como China, dado que es un «ambicioso intento de crear un nuevo ámbito económico en el que las personas, los bienes y el dinero fluirán libremente dentro de la región de Asia-Pacífico».
Suscrito en 2005 por Chile, Brunei, Nueva Zelanda y Singapur, el TPP tiene a ocho países (Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam) pendientes de formar parte del grupo.
Además de para fijar una mayor cooperación económica y comercial en el marco del TPP, la visita de Estado de Abe a Washington también ha servido para definir renovados parámetros de la colaboración bilateral en materia de defensa, que considera las nuevas amenazas y extiende el ámbito geográfico de la alianza militar.
Ha sido la primera revisión del tratado militar bilateral desde 1997 y el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, negó este lunes que esté orientada a confrontar a China.
En la misma línea y al recordar la tradición pacifista nipona, Obama anotó hoy que a partir de esa revisión no hay que esperar «una gran e instantánea transformación en términos de cómo Japón proyecta su poder militar», dado que el principio fundamental de la alianza «no es la ambición territorial».
En cuanto al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), un proyecto de entidad financiera multilateral liderado por China, Obama dijo que «no es cierto» que Estados Unidos se oponga a la participación de otros países en esa institución.
Según Obama, lo que pretende EE.UU. es asegurarse de que el BAII se pone en marcha «basado en las mejores prácticas» y siguiendo el ejemplo de otros mecanismos de financiación multilaterales.
En sintonía con Obama, Abe indicó que es necesario que el BAII tenga un «gobierno justo» y que hay que «garantizar» la sostenibilidad y el impacto ambiental de los proyectos de infraestructura que se financien.
El BAII cuenta actualmente con 57 países fundadores, entre ellos Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, España y Brasil, y los grandes ausentes hasta la fecha son EE.UU. y Japón.
La fundación del banco ha sido interpretada como un intento de China de restar influencia a instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo.
Abe es el primer líder japonés que realiza una visita de Estado a EE.UU. en casi una década, y por la noche fue agasajado con una cena de gala de temática japonesa en la Casa Blanca, en la que no faltaron el sake y las flores de cerezo.
El presidente estadounidense dedicó un «haiku» (una clase de poema corto tradicional japonés) a su homólogo nipón, y pronunció algunas palabras en la lengua de su invitado, tras lo que propuso a los presentes un brindis con sake.
Por su parte, Abe aseguró que «no se puede encontrar» un relación bilateral como la de EEUU y Japón.
La sala en la que cenaron ambos dirigentes y sus esposas estaba ambientada con una luz tenue y rosada, y decorada con orquídeas y flores de cerezo.