
El presidente de EE. UU., Donald Trump, dio más credibilidad a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que a sus propios servicios de inteligencia con respecto a la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 que lo llevaron a la Casa Blanca y que Moscú niega.
A falta de acuerdos para promocionar en la primera cumbre formal entre Trump y Putin –que arrancó 50 minutos después de lo previsto –, la cuestión de la presunta interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 eclipsó el resto de problemas de la deteriorada relación bilateral y evidenció de nuevo la brecha entre el presidente de EE. UU. y sus propias agencias de inteligencia.
“Me dijeron (las agencias de inteligencia) que creen que fue Rusia. Y el presidente Putin me acaba de decir que no es Rusia. Diré lo siguiente: no veo ninguna razón por la que debería serlo”, dijo Trump, de pie junto a Putin, en una conferencia de prensa al término de su cumbre de cuatro horas en Helsinki (Finlandia), en la que el mandatario de EE. UU. intentó evitar contacto físico con el mandatario de Rusia, al que solo le dio un apretón de mano por dos segundos.
Putin admitió que deseaba la llegada de Trump a la Casa Blanca para mejorar la “maltrecha” relación entre ambos países, pero negó cualquier injerencia del Kremlin en las elecciones. “Tengo una gran confianza en mi gente de inteligencia, pero les diré que el presidente Putin fue extremadamente contundente al negar eso”, subrayó Trump.
Además, el presidente de EE. UU. calificó de “tontería” decir que el Kremlin encargó a ciudadanos rusos piratear los ordenadores del Partido Demócrata para hacer daño a la campaña de Hillary Clinton, como sostiene la investigación abierta en su país.
No era la primera vez que Trump ponía la negativa de Putin por encima de las garantías de su propio Gobierno, algo que ha hecho varias veces desde antes incluso de llegar al poder, claramente incómodo con la idea de que un actor externo pudiera contribuir a su ascenso al poder en EE. UU.
Pero nunca antes lo había hecho en una conferencia de prensa con Putin al lado y en un momento en el que la investigación de la trama rusa que dirige el fiscal especial Robert Mueller ha cobrado fuerza, con la acusación presentada el viernes pasado contra doce agentes de inteligencia de Moscú.
“La investigación (de Mueller) es un desastre para nuestro país”, afirmó Trump en un nuevo ataque a esa pesquisa, a la que se refiere habitualmente como “caza de brujas” por considerar que está políticamente motivada.
Me dijeron (las agencias de inteligencia) que creen que fue Rusia. Y el presidente Putin me acaba de decir que no es Rusia
“Nos ha mantenido separados (a EE. UU. y Rusia). Ha tenido un impacto negativo en la relación de las dos mayores potencias nucleares del mundo”, lamentó Trump.
Polémica en Washington

Las palabras del mandatario estadounidense generaron rechazo en parte del aparato político de EE. UU El líder republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, pidió al presidente que asuma que Putin “no es su aliado”.
Además, el director de la inteligencia nacional, Dan Coats, reiteró su conclusión de que “Rusia interfirió” en los comicios.
“Hemos sido claros en nuestras evaluaciones de la intromisión rusa en las elecciones de 2016 y sus esfuerzos continuos y omnipresentes para socavar nuestra democracia”, apuntó.