
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró su más reciente gira por Asia destacando los acuerdos alcanzados con Corea del Sur y China, en lo que calificó como un “renacimiento de la cooperación económica y estratégica en la región”. La visita, que incluyó reuniones bilaterales y foros empresariales en Seúl y Pekín, buscó reforzar las relaciones comerciales y abordar temas clave como la seguridad regional, la estabilidad en la península coreana y el equilibrio de poder frente a la creciente influencia de otras potencias.
En Corea del Sur, Trump y el presidente Yoon Suk-yeol anunciaron un nuevo marco de cooperación en defensa y tecnología, que incluye la modernización de los sistemas de inteligencia compartida y la expansión de inversiones en semiconductores y energía limpia. “Corea del Sur es un aliado vital, y juntos avanzamos hacia un futuro más seguro y más próspero para ambas naciones”, declaró Trump durante una rueda de prensa en Seúl.
Posteriormente, en su visita a China, el exmandatario estadounidense sostuvo un encuentro con el presidente Xi Jinping, en el que ambos líderes coincidieron en la necesidad de restablecer canales de comunicación económica y diplomática. Aunque las tensiones comerciales entre ambos países se mantienen, Trump subrayó que “la competencia no debe impedir la cooperación cuando el mundo enfrenta desafíos globales comunes como el cambio climático y la estabilidad financiera”.
Analistas internacionales consideran que esta gira refuerza el interés de Trump en proyectarse nuevamente como un actor influyente en la política exterior estadounidense, de cara a un posible retorno al escenario político global.
La gira concluyó con un mensaje de unidad y pragmatismo: “Asia y Estados Unidos están más conectados que nunca. El futuro depende de nuestra capacidad para trabajar juntos, no para dividirnos”, afirmó el expresidente ante líderes empresariales en Tokio, antes de regresar a Washington.






