
Jerusalén — El Gobierno de Israel ha intensificado sus exigencias al Líbano para que desarme a Hezbolá conforme a los compromisos establecidos en el alto el fuego negociado en noviembre de 2024. Según declaraciones del ministro de Defensa israelí Israel Katz y del primer ministro Benjamin Netanyahu, el país del norte del Mediterráneo no dudará en actuar con fuerza si Beirut no cumple con la “obligación institucional” que exige la plena desmilitarización de la milicia chií.
Compromisos del alto el fuego y escollos
El acuerdo de cese de hostilidades, mediado por Naciones Unidas y respaldado por Estados Unidos, estipula que solo las fuerzas estatales libanesas deben portar armas en el sur del país, llevando a la exigencia concreta de que Hezbolá se retire más allá del río Litani y entregue su arsenal. No obstante, Hezbolá ha rechazado de plano la idea de abandono unilateral de sus armas, condicionando cualquier diálogo a que Israel cumpla primero con su parte: retirada de posiciones y cese de bombardeos.
Israel adopta postura más firme
Ante la lentitud percibida de las autoridades libanesas, Netanyahu ha advertido que Israel “actuará conforme sea necesario” si no se produce un avance real en la desactivación del ala militar de Hezbolá. Katz, por su parte, ha insistido en que la estabilidad del norte israelí depende de que Hezbolá pierda su capacidad operativa.
Desafíos internos en el Líbano
En Beirut los matices políticos hacen que la implementación de la desmilitarización sea compleja. Aunque el Gobierno libanés ha decidido que todas las armas deben estar bajo control estatal, Hezbolá y sus aliados parlamentarios han calificado la iniciativa de “error grave” que vulnera la soberanía nacional. La situación se complica dada la resistencia popular en el sur y la historia del conflicto armado, que convierte la entrega de armas en una cuestión altamente volátil.
¿Por qué es clave la desmilitarización de Hezbolá?
La palabra clave objetivo “desarme de Hezbolá” representa el eje de esta historia: sin ese paso, el alto el fuego corre el riesgo de desmoronarse. El control exclusivo del Estado sobre las armas en el sur libanés es visto por Israel como la condición para una salida gradual de sus fuerzas y para evitar que la frontera siga siendo un foco de tensión permanente.
Perspectivas a futuro
Mientras el calendario avanza hacia el cierre de 2025, plazo que Israel y sus aliados políticos han señalado como límite para avanzar en el desarme completo, el escenario permanece frágil. Si el Gobierno libanés no consigue un acuerdo claro con Hezbolá, podría desencadenarse una nueva escalada, con implicaciones para toda la región.






