
El Rey Carlos III inauguró el Parlamento canadiense pronunciando el Discurso del Trono del gobierno liberal el jerarca afirmó la soberanía de Canadá y prometió la “mayor transformación de la economía canadiense desde la Segunda Guerra Mundial”.
El Discurso del Trono, escrito por la oficina del primer ministro Mark Carney en consulta con la oficina del Rey, abordó las promesas electorales liberales, incluyendo un recorte de impuestos a la clase media, el fin de las barreras comerciales interprovinciales y aprobaciones rápidas de grandes proyectos de infraestructura.
El Discurso del Trono abordó directamente la agenda económica “Estados Unidos Primero” del presidente Trump y la amenaza de aranceles punitivos que han inquietado a los canadienses.
El rey Carlos, como jefe de Estado de Canadá, reafirmó la soberanía del país que había sido cuestionada por el presidente de Estados Unidos y ofreció promesas de un futuro mejor, menos dependiente de Estados Unidos.
“Siempre he tenido la mayor admiración por la identidad única de Canadá, que es reconocida en todo el mundo”, dijo el Rey Carlos, señalando que era su vigésima visita a Canadá.