
Londres — El Gobierno británico ha iniciado formalmente los trámites para retirar al ex príncipe Andrés de York su rango honorífico restante como vice-almirante de la Royal Navy, según confirmó este domingo el secretario de Defensa, John Healey. La medida responde a un mandato directo de su hermano, el Rey Carlos III, en un esfuerzo por aislar al miembro de la realeza de cargos públicos y salvaguardar la reputación de la institución monárquica.
Andrés —que desde hace semanas fue despojado de su título de príncipe y obligado a abandonar su residencia oficial, la Royal Lodge— conservará así muy pronto únicamente su nombre sin títulos: específicamente, se le conocerá como Andrew Mountbatten Windsor.
Antecedentes
El ahora llamado Andrew sirvió en la Royal Navy durante más de dos décadas, como piloto de helicóptero y oficial naval, incluida su participación en la guerra de las Islas Falklands en 1982. En 2015 fue promovido honoríficamente a vice-almirante, un cargo que había mantenido incluso después de renunciar a sus otros títulos militares en 2022.
El desgaste reputacional viene de largo: su asociación con el empresario convicto Jeffrey Epstein y las acusaciones de abusos sexuales por parte de Virginia Giuffre sembraron la presión pública y política. En octubre de 2025, el Palacio de Buckingham anunció que “las condenas son necesarias pese a su negación” de los hechos.
La medida y sus implicaciones
En declaraciones al programa de la BBC Sunday with Laura Kuenssberg, Healey señaló: “Hemos visto a Andrew renunciar a los cargos honoríficos que tenía en las Fuerzas Armadas… guiados una vez más por el Rey, estamos trabajando ahora para quitar ese último título de vice-almirante que tiene”.
Aunque el proceso de retirada del rango honorífico está en marcha, aún no está claro si el ex príncipe deberá devolver sus medallas militares o pensiones vinculadas al servicio, un asunto que el ministro dijo estará también “guiado por las decisiones del Rey”.
Contexto institucional
La decisión se enmarca en la estrategia del Rey Carlos III por reforzar los límites entre la familia real y actuaciones que podrían perjudicar su imagen pública. La medida pone de relieve que incluso los miembros más altos de la monarquía británica no están exentos de medidas disciplinarias cuando su conducta provoca repercusiones públicas graves.
¿Qué sigue?
El trámite podría concretarse en las próximas semanas, pero expertos constitucionales advierten que, aunque el título honorífico desaparezca, Andrew aún permanece octavo en la línea de sucesión al trono y podría conservar ciertos privilegios mientras no se modifiquen las leyes de sucesión de los 14 reinos de la Commonwealth.






