
El primer ministro de la provincia de Ontario, Doug Ford, se ha convertido en la voz más visible del patriotismo canadiense en el contexto del enfrentamiento de los Toronto Blue Jays en la World Series, generando un inesperado vínculo entre deporte, política y economía que termina tensando la tradicional relación con los Estados Unidos.
Con los Blue Jays al frente de la serie contra los Los Angeles Dodgers (3-2), Ford aprovechó la ocasión para reivindicar la fortaleza económica canadiense, vincular la victoria del equipo con una declaración de independencia comercial frente a Washington, y convertir el evento deportivo en un acto simbólico de unidad nacional. “Los estadounidenses nos subestiman. Como nuestro equipo, Canadá puede vanagloriarse de ser un peso pesado global”, escribió en un artículo de opinión publicado en el The Washington Post.
La estrategia política detrás de esto no es menor. Ford destacó que el ambiente deportivo representa un campo propicio para canalizar sentimientos nacionales ante las medidas arancelarias del presidente Donald Trump, que desde hace meses han generado tensiones con Canadá. La campaña de Ontario incluyó un anuncio anti-arancelario que fue difundido en cadenas estadounidenses durante la serie, lo que provocó la interrupción de negociaciones comerciales con Washington.
Para Ford, el triunfo de los Blue Jays va más allá del deporte: es una metáfora del país. “Los canadienses se han unido de una forma que nunca había visto… el patriotismo está surgiendo al norte de la frontera, en grandes y pequeños gestos”. Asimismo, la respuesta popular parece haber sido favorable: según encuestas, un 57 % de los canadienses apoyaron el anuncio promocionado por Ontario, aunque el 43 % consideró que puededebilitar la posición de negociación del país.
Aun así, junto al impacto emocional, surgen preguntas sobre la eficacia y el costo de esta estrategia. El anuncio tuvo un presupuesto estimado de 75 millones de dólares canadienses y se emitió durante los primeros partidos de la serie. El objetivo: presionar desde el deporte hacia el ámbito diplomático y económico.
Aunque el escenario principal es el terreno deportivo, el trasfondo político y económico deja claro que la campaña de Ford es más que un brindis patriótico: busca solidificar una narrativa de fortaleza canadiense independiente, justo cuando el país se enfrenta a un periodo de tensión comercial con su mayor socio. El desenlace de la World Series podría tener resonancias que van más allá del diamante, en la arena del comercio internacional y de la política interior canadiense.






