
La selección canadiense de fútbol ha incorporado a tres nuevos jugadores con doble nacionalidad en el marco de su proceso de preparación para la Copa Mundial de la FIFA 2026, que el país coorganizará junto a Estados Unidos y México. Con esta decisión, el seleccionador Jesse Marsch busca ampliar la base de talento y fortalecer las opciones de cara al torneo más importante del planeta.
Entre los convocados destacan futbolistas que tenían la posibilidad de representar a más de un país y que finalmente optaron por vestir la camiseta de Canadá. Entre ellos figura Owen Goodman, joven portero nacido en Inglaterra y con raíces canadienses y nigerianas, actualmente en las filas del Crystal Palace. También se suma el defensor Alfie Jones, quien posee nacionalidad británica y canadiense, y ha demostrado gran solidez en la Championship inglesa.
El tercer refuerzo es un mediocampista de ascendencia europea y canadiense que milita en la MLS, cuyo rendimiento en las categorías juveniles captó la atención del cuerpo técnico nacional. La federación canadiense considera que estas incorporaciones representan un paso clave hacia la consolidación de un equipo competitivo capaz de enfrentar con éxito el reto de ser anfitrión del Mundial.
El técnico Marsch ha reiterado que la Federación está trabajando activamente para atraer a más jugadores con doble nacionalidad, una práctica cada vez más común en selecciones nacionales que buscan equilibrar experiencia internacional y desarrollo local. Canadá aspira no solo a superar la fase de grupos, sino también a consolidarse como una potencia emergente del fútbol norteamericano.
Con el talento joven que está surgiendo y el compromiso de nuevos jugadores con raíces diversas, el equipo canadiense proyecta un futuro prometedor de cara a 2026.
Además, la integración de estos tres jugadores simboliza la evolución del proyecto futbolístico canadiense, que apuesta por una identidad multicultural y moderna. Con la diversidad como bandera, el equipo nacional refleja la composición social del país, donde distintas raíces se unen bajo un mismo propósito.
Los analistas deportivos coinciden en que esta estrategia de reclutamiento no solo amplía el talento disponible, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y orgullo nacional en una generación que crece con múltiples influencias culturales.






