A partir del 1 de enero de 2026, la industria de la alimentación en Canadá experimenta su transformación más profunda en décadas. Tras años de negociaciones, presiones políticas y debates sobre el costo de la vida, el Código de Conducta de Comestibles entra finalmente en pleno vigor, prometiendo equilibrar la balanza entre las grandes cadenas de supermercados y los proveedores.
¿Qué es el Código de Conducta y por qué importa?
Hasta ahora, las grandes cadenas de supermercados en Canadá —como Loblaws, Metro y Sobeys— tenían un poder desproporcionado sobre los proveedores, imponiendo tarifas arbitrarias y cambios unilaterales en los contratos. Este código es un conjunto de reglas diseñadas para garantizar transparencia y buena fe en las negociaciones comerciales.
El objetivo final para el consumidor es claro: frenar la inflación de los alimentos. Al reducir los costos operativos injustos que enfrentan los agricultores y procesadores de alimentos, se espera que el ahorro se traslade gradualmente a los precios en los estantes.
El fin de las tarifas abusivas
Con la implementación total del código, se prohíben prácticas comunes pero controvertidas, como cobrar a los proveedores tarifas exorbitantes por «espacio en los estantes» o imponer penalizaciones retroactivas sin previo aviso. Además, se establece un mecanismo de resolución de disputas independiente, lo que permitirá que los pequeños productores canadienses puedan competir en igualdad de condiciones sin temor a represalias por parte de los gigantes del sector.
Aunque el impacto en los precios no será inmediato, los analistas sugieren que 2026 marcará el inicio de un mercado más competitivo y justo. La entrada en vigor de este código es una victoria política significativa para el gobierno federal y provincial, respondiendo al clamor ciudadano por un mayor control sobre el costo de la canasta básica.
